Merecen bibliotecas grado de patrimonio cultural: Alfonso Vázquez Sotelo

Alguna vez el escritor argentino-canadiense Alberto Manguel escribió que «el amor de las bibliotecas, como en la mayoría de los amores, se debe aprender», cita que seguramente coincide con el pensar de Alfonso Vázquez Sotelo, coordinador general de Bibliotecas, Publicaciones y Librerías de Coahuila, quien ve en los espacios bibliotecarios públicos, un sustento indispensable para la cultura y la historia de la humanidad.

«Lo que pasa con la lectura en bibliotecas públicas es que incluso las autoridades gubernamentales en todos los niveles y las educativas, como que no alcanzamos a comprender la necesidad de tener instituciones como la biblioteca, como un acolchonamiento de la actividad social, pero fundamentalmente de la actividad cultural. Si fuéramos un poco más sensatos, según yo, deberíamos tener a estas instituciones bibliotecarias como patrimonio cultural y bibliográfico de la población», compartió Alfonso Vázquez Sotelo, en entrevista con El Heraldo.

En la opinión del experimentado lector, el fomento lector por medio de las bibliotecas representa una oportunidad formativa de aficionados a los libros, situación que se traduce en una mayor preparación intelectual en pro de la sociedad.

«Muy pocos sistemas educativos en el mundo son los que habitúan a sus gentes a encontrar información rápida, oportuna y de manera suficiente, es decir, que cuando tomes decisiones no estés inventando el hilo negro o que cuando tomes decisiones tengas una creatividad suficiente para poder hacer las cosas. Por eso son importantes las bibliotecas públicas».

Vázquez Sotelo recordó que durante la temporada vacacional, las diversas bibliotecas estatales recibieron un promedio de 40 mil niños visitantes, esto gracias al programa Mis Vacaciones en la Biblioteca. Ahondó en lo esencial de que los diversos públicos se acerquen a estos espacios, ya que están diseñados para su uso recreativo, de consulta y de investigación.

«Ahora las bibliotecas sufren de varias cosas, primeramente del olvido que ha estado latente siempre y, por la otra, la tecnología que parece que sustituye las demás áreas, eso es una aberración total. No se sustituye nada, son etapas que hay que ir caminando en todo esto (…). En el caso de la lectura se va transformando dependiendo de las herramientas que se utilizan. Las bibliotecas son áreas de servicios. En la medida que se empiece a tener un rédito del tiempo que se pase en bibliotecas se comprenderá la dimensión bibliotecaria». (OMAR SOTO)

 

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