Trump gobierna y negocia en el green

Desde que asumió la Presidencia de EU, Donald Trump ha pasado 135 días en campos de golf, esto es básicamente uno de cada cuatro días como Presiden­te, una práctica totalmente opuesta a su promesa de cam­paña de encerrarse a trabajar, informó Excelsior.

Trump arrancó, literalmente, alaridos de seguidoras cuando en la campaña de 2016 se com­prometió a preferir el trabajo a su afición al golf:

«Amo el golf, pero si estoy en la Casa Blanca creo que no volvería a ver muchos de los lu­gares que tanto me gustan para jugar golf; sólo quiero estar en la Casa Blanca y atascarme de trabajo, porque si no, quién va a dirigir”, exclamó el entonces candidato.

Pero la realidad ha sido distinta. Trump ha pasado en campos de golf 135 de los 555 días que lleva en la Presiden­cia, según un reporte hecho por la cadena NBC hasta el pasado 29 de julio.

Aunque esos días de golf in­cluyen vacaciones y días de des­canso, en la práctica son hechos distintos a su promesa de poner­se a “trabajar, trabajar y trabajar”.

El costo de los viajes del Presidente a los campos de golf y su estadía han costado a los contribuyentes estadunidenses decenas de millones de dóla­res, de acuerdo con la investi­gación de NBC que reconoce que es difícil calcular una cifra específica.

Trump es propietario de 17 campos de golf actualmente en operaciones. Doce de esos campos están en Estados Uni­dos, y otros en Dubái, Irlanda, Escocia e Indonesia.

Hay dos campos de golf de Trump cerca de su mansión en Mar a Lago, en West Palm Beach, Florida, pero cuando no quiere viajar horas para ju­gar, usa un campo en Sterling, Virginia, apenas a 30 kilóme­tros de distancia de la Casa Blanca.

NBC publicó la semana pa­sada, cuando Trump llevaba 552 días de Presidencia, que el empresario no sólo pasa días en los campos de golf, sino también en sus propiedades que son destinos turísticos.

Además, calculó que el Presidente ha estado 174 días de los 552 de Presidencia en sus propiedades vacacionales.

Por lo menos en una oca­sión, en Mar a Lago, el Presi­dente empleó un partido de golf para determinar una po­lítica de migración.

En marzo pasado, Trump jugó golf con dos comentaris­tas de noticias de la cadena Fox News que lo invitaron a ver un video de la caravana Viacru­cis Migrante 2018 que reco­rría la frontera mexicana con Guatemala rumbo a la frontera estadunidense.

Al término de ese partido, Trump ordenó un despliegue de miles de soldados de la Guardia Nacional en la fronte­ra con México para apoyar a la Patrulla Fronteriza ante lo que determinó que era “un ejérci­to de ilegales”.

La inconsistencia del Pre­sidente sobre lo que ha dicho de dejar de jugar para traba­jar, y en realidad dejar de tra­bajar para jugar, también ha sido objeto de crítica de los demócratas.

El 19 de agosto de 2016, en campaña, Trump ordenaba categórico al en­tonces Presidente: “(Barack) Obama, sal de los campos de golf”. Y prometía que “voy a estar trabajando para uste­des y no voy a tener tiempo para jugar golf”.

Pero, de acuerdo con los archivos, ni Obama ni los anteriores presidentes re­publicanos pasaron tanto tiempo en campos de golf, por lo menos durante los prime­ros meses de su Presidencia, a diferencia de Trump, quien viajó a esos lugares por lo me­nos una vez por semana. (EXCELSIOR)