¡ES LA CORRUPCIÓN!

 JUAN ANTONIO MARTÍNEZ BARRIOS

“Nos cambiaron porque no cambiamos”,  dijo René Juárez, al dejar la dirigencia nacional del PRI y tratar de explicar  la trascendental y terrible derrota del primero de julio.

Hoy todos saben porque perdió el Revolucionario Institucional, cuando mucho antes del primero de julio, de antemano dirigentes, representantes y militancia estaban plenamente conscientes de las fallas del Partido: las decisiones erráticas, gobiernos de espaldas a las clases populares, imposiciones de candidatos impopulares. Pero, sobre todo, los exorbitantes y descarados actos de corrupción, como el increíble caso de Javier Duarte en Veracruz, o el de César Duarte en Chihuahua, o la megadeuda de Coahuila.

Ciertamente el PRI ya nada tiene de revolucionario y apenas conserva algo de institucional. Con el mismo nombre o con otro, el PRI tiene que reestructurarse, refundarse, redefinir su extraviada ideología. Hoy se propone un PRI de centro izquierda. Como presidenta del tricolor, Beatriz Paredes así definía la ideología de su partido hace diez años, cuando en realidad  ya navegaba más por la derecha, merced a los grupos empresariales que se infiltraron y enquistaron en él.

Hoy se dice hay que reconocer la participación de los militantes y escuchar su propuestas, es decir, democratizar las decisiones, como se tratara del descubrimiento del hilo negro. Los gobernantes de antaño por lo menos acostumbraban compartir el pan y la sal, comidas al aire libre en colonias proletarias; hoy prefieren las grandes comilonas con encumbrados empresarios, en un ambiente de gran frivolidad. Lamentablemente, alejados del pueblo.

Los políticos priistas, en efecto, abusaron de la institucionalidad de la militancia al presentarles a los candidatos, sin tomar en cuenta a las bases, con una postura de soberbia, asumiendo que en automático los militantes y simpatizantes cobijarían al “elegido”, que definían en las cúpulas.

El PRI está moribundo, pero no muerto aun. Durante muchos años se mantendrá activo y eventualmente hasta podrá volver a ocupar la preponderancia que ha tenido.