MISIÓN IMPOSIBLE: REPERCUSIÓN

 VÍCTOR BÓRQUEZ NÚÑEZ

 Reivindicación absoluta del cine comercial, esta sexta versión de la serie MI, inaugurada hace 22 años por el ya en declive director Brian De Palma, constata que un producto emanado desde el corazón mismo de Hollywood como éste puede ser una excelente demostración de tensión, suspenso, buenos efectos visuales y una entretenida carrera contra el tiempo con un desenlace espectacular en todo el sentido de la palabra

 En pocas palabras: “Misión Imposible: Repercusión” es, por lejos, la mejor de todos los capítulos de esta serie de aventuras y peligros extremos que tiene a Tom Cruise como protagonista quien, a sus 56 años, demuestra su excelente estado físico y la simpatía y cariño que ha alcanzado en la interpretación del agente Ethan Hunt. Mal que mal, en este capítulo vemos al actor saltar edificios en Londres, correr sin parar durante cuadras, ir a alta velocidad en moto en pleno corazón de París y pilotando un helicóptero por Cachemira.

Cabría hacerse entonces la pregunta más básica: ¿cuál es la fórmula que permite funcionar a esta saga? ¿Qué es lo que atrae a los espectadores desde hace 22 años cuando el realizador estadounidense Brian De Palma hizo la primera parte?

Lo que parece mantener viva e intacta esta franquicia es que nunca ha perdido su espíritu original, recordando que se trataba de una serie muy popular de la primitiva televisión en blanco y negro de los años sesenta. Esto implica que los espectadores actuales disfrutan de las disparatadas aventuras y de la nula verosimilitud precisamente porque allí radica su encanto: se sabe que todo es un juego estilizado, donde debemos dejarnos llevar sin sentir culpa alguna.

El placer de este filme, en particular, radica en que desde que parte hasta su espectacular desenlace en Asia, jamás se pierde en explicaciones, en subtramas innecesarias o en nudos dramáticos forzados. Acá todo va de un solo golpe hacia el más genuino de los objetivos: entretener al honorable público con una película que viaja por lugares preciosos y que nos demuestra que nuestras vidas son una miserable rutina por efecto de comparación.

De este modo, quien pida verosimilitud a MI, parte errado. El placer de ver esta película es entender que Tom Cruise encarna al agente Ethan Hunt, por el placer de meterse en la piel no de un héroe en el sentido convencional, sino en el de un tipo normal que debe vivir (y sobrevivir) aventuras que son imposibles de creer.

Todo lo demás no se encuentra en la trama de las diferentes películas que constituyen la saga sino en las increíbles secuencias de acción, peleas o persecuciones.

Y ojo: su director es nada más y nada menos que Christopher McQuarrie, ganador del premio Óscar de la Academia al mejor guion por la muy inteligente película “Los sospechosos de siempre”. Es decir, un tipo inteligente, con conocimiento probado respecto de cómo armar bien una historia.

Y en “Misión Imposible: Repercusión”, tal cual sucedía con la película “Nación secreta”, también dirigida por McQuarrie, se repite una receta sencilla pero efectiva: la trama es lo que menos importa, sino el ritmo, el montaje de las secuencias y en el perfil de cada uno de los personajes.

De hecho el qué del asunto es poco original en sentido estricto: tres esferas de plutonio han desaparecido y están a punto de caer en manos de un terrorista de marca mayor, que se auto proclama como anarquista, el perverso Solomon Lane (Sean Harris), quien era el villano en el quinto capítulo de MI.

Y todo parte cuando una misión se pierde debido a que el agente Ethan Hunt prefiere salvar a uno de sus compañeros, perdiendo la maleta con las esferas, situación que pone al mundo en inminente riesgo de un atentado nuclear de proporciones apocalípticas.

Hay que destacar también de esta entrega el reparto, muy bien seleccionado, partiendo con nuestro ya conocido y querido Tom Cruise (sí, lo queremos desde que trabajó en ‘Ojos bien cerrados’, para el maestro Stanley Kubrick y demostró finura y sensibilidad) interpretando al agente Ethan Hunt, siendo acompañado por Simon Pegg, genio de la tecnología; Ving Rhames, experto en bombas, con quienes integra la FMI (Fuerza Misión Imposible) y Alec Baldwin, su jefe.

A ellos se suman Ilsa Faust (Rebecca Ferguson) y el amor de la vida de Hunt (Michelle Monaghan). Completan este ramillete Vanessa Kirby como la Viuda Blanca, elegante y letal espía encubierta y un agente de la CIA insoportable que adosan a esta aventura, compuesto nada menos que por Henry Cavill, el último Superman.

Sumando todos estos elementos, hay que reconocer que esta sexta entrega es entretenida de principio a fin, se disfruta sin ninguna vergüenza porque entrega más de lo que se pretendía y, como se insiste, si se deja la verosimilitud de lado, se podrá comprender que esta “Misión Imposible: Repercusión” es, lejos, la mejor de todas hasta el momento, con una cantidad impresionante de escenas de acción, magníficamente rodadas y presentadas y -¡gracias a Dios!- un humor muy bien administrado y la cuota necesaria de giros y sorpresas que nadie espera. Buena.