LÓPEZ OBRADOR: ES TIEMPO DE GOBERNAR

JOSÉ VEGA BAUTISTA

Una encuesta recién publicada por Consulta Mitofsky concluye que 10 días después de la jornada electoral, el triunfo de Andrés Manuel López obrador y posterior comportamiento de los políticos han generado sentimientos de confianza y tranquilidad para el nuevo gobierno. López Obrador, inicia con alta expectativa ya que se cree que en el corto plazo mejorarán la seguridad, la economía y la política. Uno de cada siete ciudadanos, considera que los cambios deben sentirse antes de tres meses y seis de cada 10 ciudadanos creen que durante su primer año. En general no son periodos largos los que tiene AMLO para mostrar diferencias.

La noticia para simpatizantes y contrarios del próximo presidente es que desde ya él, por su función y compromiso, va actuar con una visión que tiene que ver más con  la aprehensión de esa formación de la realidad que se llama Estado. Lo cual deja por debajo a las conexiones de sentido o los contenidos afectivos y privilegia la realidad por encima del espíritu y demás temas psíquicos.

El gran ejemplo es la actitud asumida por nuestro próximo presidente respecto a la relación de México con el vecino poderoso. Como antecedente, desde Ciudad Acuña, Coahuila, el 20 de enero de 2017, en su calidad de presidente del Comité Ejecutivo Nacional de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, presentó un Plan de Acción para defender los derechos humanos de los paisanos mexicanos y de todos los migrantes del mundo ante el discurso de toma de protesta de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

Enumeró:

1.- Se propondrá a Enrique Peña Nieto, que hoy mismo solicite una reunión urgente con el presidente de Estados Unidos, para hacer valer los derechos humanos y conducir y atender personalmente este asunto de interés nacional.

2.- Convertir los consulados de México en Estados Unidos en procuradurías de la defensa de los migrantes.

3.- Basta de pasividad. Hay que tomar la iniciativa y ante la amenaza y el manejo perverso de la política de la incertidumbre, fijar una postura con claridad sin titubeos ni medias tintas. Tenemos derecho a poner nosotros la Agenda sobre la mesa. No se trata de responder a la prepotencia con balandronadas, tampoco es enfrentarse con Sansón a las patadas o de aplicar la bella y conmovedora historia de David contra Goliat, es sencillamente ejercer con orgullo nuestra soberanía y actuar con arrojo y determinación.

4.- En ejercicio pleno de nuestra independencia debe ponerse en práctica un plan de emergencia nacional para enfrentar los daños y revertir la política proteccionista anunciada por Donald Trump.

5.- Este plan debe contemplar, entre otras medidas, el apoyo a la producción nacional, la creación de empleos en México y el fortalecimiento del mercado interno; la reactivación de la industria de la construcción; la utilización del sector energético como palanca del desarrollo nacional, la construcción de refinerías para no comprar las gasolinas y otros combustibles en el extranjero. También hay que rescatar el campo y apoyar a los productores; deben fijarse precios de garantía para los cultivos y alimentos básicos (maíz, frijol, arroz, trigo, leche, huevo, pollo, carne de res, entre otros). Debe lograrse en el corto plazo la autosuficiencia alimentaria, producir en México lo que consumimos.

6.- Promover un acuerdo bilateral específico con Canadá para ampliar la contratación de trabajadores mexicanos en ese país y suscribir compromisos para lograr una mayor inversión de las empresas mineras canadienses en México, con salarios justos y cuidado del medio ambiente.

7.- Aplicar un programa de apoyo a la inversión, al comercio, a la creación de empleo y el bienestar a lo largo de los tres mil kilómetros de frontera, que contemple bajar impuestos, reducir el costo de las gasolinas, el diésel, el gas y la electricidad, así como el traslado de las aduanas mexicanas 20 kilómetros de la línea divisoria hacia adentro de nuestro territorio. Ante la posible modificación de aranceles y aumentos de impuestos en Estados Unidos a quienes exportan a ese país, debemos contemplar una zona libre o franca que beneficie a las ciudades fronterizas de México.

8.- Diversificar las relaciones económicas y comerciales.

9.- Acudir a instancias internacionales, como la organización mundial del comercio, ante posibles modificaciones arbitrarias en impuestos y aranceles que perjudiquen a las empresas instaladas en México.

10.- Para financiar el plan de emergencia nacional pondremos a consideración del gobierno federal una estrategia de austeridad republicana para ahorrar 360 mil millones de pesos, acabando con la corrupción, con los privilegios de los altos funcionarios y el derroche del gasto público.

Al mismo tiempo, sostuvo que de aprobarse este plan estarían dispuestos a participar y a suscribir, junto con otras organizaciones políticas y sociales, con los sectores económicos, civiles y los intelectuales del país, «un Acuerdo de Unidad Nacional en Defensa de los Derechos de los Migrantes y de los intereses superiores de México».

Esta semana, ya como virtual presidente electo, López Obrador se dirigió al Sr. Donald J. Trump, presidente de los Estados Unidos de América, en un tono más de gobernante responsable de una nación, con cordialidad y con propuestas.

Después de agradecerle la buena disposición y el trato respetuoso recibido por parte de Trump y también la asistencia de una delegación de secretarios de su gabinete y otros altos funcionarios a su oficina, para iniciar conversaciones sobre el futuro de la relación de nuestros países, le compartió su propuesta, la que dijo tiene el fin iniciar una nueva etapa en la relación entre México y Estados Unidos basada en el respeto mutuo y la identificación de áreas de entendimiento e intereses comunes.

La propuesta la planteó en los siguientes términos; «en primer lugar, hacer un esfuerzo por avanzar integralmente en las áreas sustantivas en las que está la esencia de la relación bilateral: el comercio, la migración, desarrollo y seguridad. Desde luego, existen otras áreas muy relevantes en nuestro futuro, pero considero que es necesario encontrar un camino común en estos cuatro temas para poder avanzar en otros puntos de la relación bilateral.

México, señor presidente Trump, es el hogar para el mayor número de estadounidenses que viven fuera de la Unión Americana. De la misma forma, Estados Unidos es el hogar más grande de mexicanos fuera de nuestras fronteras. Considero que el entendimiento que le propongo en esta carta nos debería conducir a un trato, digno y respetuoso de estas comunidades.

En materia de comercio, me parece que vale la pena hacer un esfuerzo por concluir la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Pienso que el prolongar la incertidumbre podría frenar inversiones a mediano y largo plazo, lo cual evidentemente dificulta el crecimiento económico en México y, por ende, la estrategia del gobierno que habré de encabezar, que busca generar empleos y mejores condiciones de vida para todos los mexicanos. En este punto le propongo reanudar las negociaciones con la participación de los representantes de México, Canadá y Estados Unidos. Nuestro equipo de transición participaría en coordinación con los funcionarios del actual gobierno mexicano.

Respecto a migración, debo comentar que el propósito más esencial de mi gobierno será lograr que los mexicanos no tengan que migrar por pobreza o violencia. Procuraremos que la emigración sea optativa y no necesaria. Nos esforzaremos en lograr que las personas encuentren trabajo y bienestar en sus lugares de origen, donde están sus familiares, sus costumbres y sus culturas. Para lograr este propósito fundamental, el gobierno entrante llevará a cabo el más grande esfuerzo que se haya realizado nunca en México.

El nuevo proyecto de nación que llevaremos a la práctica consistirá en desterrar la corrupción, abolir la impunidad, actuar con austeridad y destinar todo lo que se ahorre a financiar el desarrollo del país.

Desde el 19 de diciembre de este año, dispondremos de mayor inversión pública la cual será utilizada como capital semilla para fomentar la inversión privada y para destinar presupuestos significativos a la producción, la creación de empleos, la reactivación del sector agropecuario y energético, la educación, la cultura y la salud; así como el financiamiento del desarrollo regional de sur a norte, con la puesta en práctica de proyectos para retener a la población en sus pueblos, ampliando oportunidades de trabajo y bienestar.

Así, por ejemplo, vamos a sembrar un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables en el sureste del país, tanto para efectos de restauración ecológica, como para crear cuatrocientos mil empleos. Se fomentará el turismo en el Caribe y en las zonas arqueológicas de las culturas olmeca y maya, porque vamos a construir una línea férrea para un tren de alta velocidad que recorrerá la ruta Cancún-Tulum-BacalarCalakmul-Palenque.

También se creará un corredor económico y comercial en el Istmo de Tehuantepec. Este proyecto implica aprovechar la ubicación estratégica de esta franja del territorio nacional para unir al Pacífico con el Atlántico y, con ello, facilitar el transporte de mercancías entre los países de Asia y la costa este de los Estados Unidos. Se trata de un corredor de 300 kilómetros, donde se construirá una línea ferroviaria para el transporte de contenedores. Se ampliará la carretera existente, se rehabilitarán los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, se aprovechará el petróleo, el gas, el agua, el viento y la electricidad de la región, y se instalarán plantas para ensamblar piezas y fabricar artículos manufactureros. Toda esa franja del Istmo se convertirá en zona libre o franca. Como es obvio, este proyecto se llevará a cabo sin menoscabo de nuestra soberanía y se promoverá con la participación del sector público, privado y social. En este caso, como en cualquier otro proyecto, se tendrán en cuenta los impactos ambientales y no se pasará por encima de los derechos de los pobladores y de los propietarios de las tierras, por el contrario, serán tomados en cuenta, consultados e incorporados como parte sustantiva del proyecto. En particular, los dueños de las tierras que formarán parte de este corredor serán invitados a participar como accionistas de la empresa que se constituya con este propósito. La construcción de estas obras y las fábricas que se instalen, generarán un importante número de empleos y se evitará, con ello, que los jóvenes de la región sigan emigrando hacia el norte en busca de trabajo.

Asimismo, fomentaremos el desarrollo a lo largo de los tres mil ciento ochenta y cinco kilómetros de frontera con Estados Unidos y allí se creará una zona libre o franca para promover la inversión, el desarrollo productivo y tecnológico, así como la creación de empleos. Esta será la última cortina para retener trabajadores en nuestro territorio.

De manera puntual señalo lo siguiente: se van a recorrer las aduanas mexicanas hacia el sur, tierra adentro, de veinte a treinta kilómetros de la línea divisoria; en la zona libre o franca se reducirá el Impuesto sobre la Renta (ISR) a 20 por ciento; el Impuesto al Valor Agregado (IVA) será de 8 por ciento en promedio, la mitad de lo que se cobra en la actualidad. Específicamente, en las ciudades fronterizas de México se aplicará la misma tasa impositiva que en el lado estadounidense; es decir, en California, cobran 8.5 por ciento, en Arizona, 8.2; en Nuevo México, 7.5; y en la frontera con Texas, 8.2 por ciento; se reducirán Impuestos Especiales a la Producción y Servicios (IEPS) para establecer tarifas y precios de gasolina, diésel y electricidad, iguales a los de Estados Unidos; desde el 1 de enero de 2019, en toda la zona libre de la franja fronteriza, se aumentará el salario mínimo a cuando menos el doble de lo estipulado en la actualidad.

Se trata de un asunto de justicia y sin riesgos de inflación porque habrá, como lo hemos dicho, reducción de impuestos y de precios de energía, de tal manera que, al subir el salario y bajar otros precios, el nivel general de precios quedaría igual o, incluso, podría bajar; en todas las ciudades de esta zona libre fronteriza se llevará a cabo un plan de desarrollo urbano integral que incluirá el ordenamiento del uso del suelo, la introducción de agua potable, drenaje, pavimentación de calles, construcción de vivienda, guarderías, unidades deportivas, espacios culturales, escuelas, hospitales y otras obras y servicios.

Habrá muchos cambios, señor presidente Trump. Y en este nuevo ambiente de progreso con bienestar, estoy seguro que podremos llegar a acuerdos para enfrentar juntos tanto el fenómeno migratorio como el problema de la inseguridad fronteriza, sobre la base de la cooperación para el desarrollo y bajo la premisa de que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia. Todo ello con absoluto respeto a los derechos humanos.

También, como se lo manifesté en nuestra conversación telefónica, considero que debe atenderse de manera integral y de fondo el problema migratorio, mediante un plan de desarrollo que incluya a los países centroamericanos, donde millones de habitantes no tienen oportunidades de trabajo y se ven obligados a salir de sus pueblos para buscarse la vida y mitigar su hambre y su pobreza.

Le comparto que mi gobierno está dispuesto a presentar a nuestro Congreso de la Unión la iniciativa y propuesta presupuestal para contribuir con recursos económicos y experiencia propias en este esfuerzo conjunto. Si en este plan participamos Estados Unidos y México e incluimos a los países centroamericanos, aportando cada uno de acuerdo a la dimensión de su economía, podríamos reunir una considerable cantidad de recursos para el desarrollo de la región, los cuales se destinarían en un 75 por ciento a financiar proyectos para crear empleos y combatir la pobreza, y el restante 25 por ciento, al control fronterizo y a la seguridad. De esta manera, reitero, estaríamos atendiendo las causas que originan el fenómeno migratorio. Al mismo tiempo, cada gobierno, desde Panamá hasta el Río Bravo, trabajaría para hacer económicamente innecesaria la migración de sus ciudadanos y cuidar sus fronteras para evitar el tránsito ilegal de mercancías, armas y tráfico de drogas, lo cual, consideramos, sería la forma más humana y eficaz de garantizar la paz, la tranquilidad y la seguridad de nuestros pueblos y naciones.

Señor presidente Trump, espero sus comentarios a mi planteamiento que busca alcanzar un entendimiento amistoso y de respeto mutuo con usted, con su pueblo y con la gran nación que representa.

México y Estados Unidos han sido dos países que, entre otras cosas, por su situación geográfica han tenido una historia en común fuera de serie. Ha habido momentos de tensión y diferencias como otros de entendimiento y respeto. Nos unen muchas cosas buenas. Lazos que no se pueden romper: cultura, idioma, tradiciones y, sobre todo, una larga amistad y mucha solidaridad. En honor a todo ello es que debemos seguir trabajando de la mano para ayudarnos mutuamente.

En cuanto a lo político, me anima el hecho de que ambos sabemos cumplir lo que decimos y hemos enfrentado la adversidad con éxito. Conseguimos poner a nuestros votantes y ciudadanos al centro y desplazar al establishment o régimen predominante. Todo está dispuesto para iniciar una nueva etapa en la relación de nuestras sociedades, sobre la base de la cooperación y la prosperidad. Hagámoslo». Para finalmente despedirse con un abrazo afectuoso.

Ya pasadas las elecciones, la realidad se impone para el presidente López Obrador: ahora es tiempo de gobernar.

 

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