Se pelean lo que queda del PAN

Ante la debacle, empieza la disputa por el control del partido

Aunque el PAN consiguió mantener sus bastiones en Torreón y Monclova, y en Ciudad Acuña de la mano de la UDC, aun así las derrotas de su otrora grandes figuras, Guillermo Anaya Llamas, Isidro López Villarreal, Esther Quintana Salinas, Carlos Orta Canales, Ernesto Saro Boardman (quién perdió por segunda ocasión la alcaldía de Ramos Arizpe que disputó esta vez llevando como candidato a Raúl Xavier González); y la desbandada de militantes destacados como Oscar Mohamar Dainitin, Ignacio Corona y Gerardo García, ha hecho surgir al interior de ese partido un movimiento que clama por la salida de Bernardo González de la Dirigencia Estatal, controlado, como se sabe por Memo Anaya, para permitir así una renovación total del partido y el surgimiento de nuevos liderazgos que puedan llevar a Acción Nacional a recuperarse de la debacle sufrida el pasado primero de julio, en dónde no solamente fueron arrasados en Saltillo, sino que además, por primera vez, no tendrán un solo representante en el senado, y tan solo un diputado federal de mayoría postulado por ellos mismos.

Surgen entonces cuatro grandes figuras, que desde ahora se están disputando el control del partido, y la posibilidad de ser, en unos años más, quien se quede con la nominación para disputar la gubernatura de Coahuila en el año 2023.

LUÍS FERNANDO SALAZAR

El haber sido el único panista que ganó una diputación federal de mayoría, obteniendo además una victoria contundente en Torreón, lo sitúa sin duda como uno de los cuatro militantes del albiazul mejor posicionados en Coahuila, con la capacidad y la astucia suficiente para hacerse con el control del partido, si logra agrupar a otros de los grupos fuertes en torno suyo.

MARCELO TORRES COFIÑO

La participación de Marcelo Torres en la pasada elección se centró más bien en el proceso presidencial, en dónde el resultado, como sabemos, no le fue nada favorable, por lo que inclusive está a punto de perder su posición en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN, en donde también se respiran vientos de cambio. Sin embargo, aquí en Coahuila Marcelo se mantiene como líder de los diputados locales panistas, con lo cual el próximo año ocupará la Presidencia de la Junta de Gobierno del Congreso, es decir, presidirá uno de los tres poderes en el estado. Esto le da la autoridad moral para pretender tomar el control de su partido, y porque no, para apuntarse en la fila de aspirantes a la aún lejana sucesión.

JORGE ZERMEÑO INFANTE

Aunque debido a su edad difícilmente puede aspirar a contender por segunda ocasión por la gubernatura en el 2023, Jorge Zermeño Infante se puede catalogar en éste momento como el panista más exitosos de Coahuila, el que más poder tiene, y el que manejará el presupuesto más grande durante los siguientes tres años. Zermeño no solo refrendó su triunfo del año pasado en la alcaldía de Torreón, sino que además lo hizo de forma contundente. Ese hecho por sí mismo legitima cualquier aspiración que pudiera tener para retomar el control de la dirigencia del PAN que hace años ya tuviera. Tendremos que estar al pendiente de cuál será su siguiente movimiento en éste sentido, o bien si es que prefiere dejarles el camino libre a las nuevas generaciones.

ALFREDO PAREDES LÓPEZ

Aconsejado, e inclusive manipulado por su tío, el priista Ricardo López Campos, Alfredo Paredes se ha convertido en la nueva estrella emergente del PAN en el estado. Joven y carismático, pero carente de escrúpulos, como lo demostró al aplastar a su ex mentor, Gerardo García Castillo, Paredes reclama para sí mismo la dirigencia de su partido, y ya hasta tiene gallo en la persona de un tal Ariel Venegas. Alfredo Paredes representa a la sangre nueva del PAN, aunque su mayor sustento estratégico se lo da un experimentado priista. Habrá que ver si la vieja guardia del albiazul lo deja llegar. Dos victorias consecutivas en Monclova, dicen que tiene con qué.

            LOS GRANDES DERROTADOS

  • Guillermo Anaya Llamas. Nunca el PAN se había quedado sin posiciones en el senado. Memo Anaya se confió en que iba en primer lugar en la fórmula, lo cual en teoría le aseguraba tener amarrada una posición en la Cámara Alta, y por eso ni siquiera hizo campaña. Ahora, en la fría banca, tendrá que pagar muy caro por ese fatal error.
  • Isidro López Villarreal. El distrito que perdió Isidro, habitualmente es ganado por el PAN, y así había sido en las últimas elecciones en las que la elección de diputados coincidía con la presidencial. A Chilo este descalabro le frustra su incipiente carrera política. Su única opción, es que en el 2020 su partido lo nomine para una diputación local.
  • Rosendo Villarreal Dávila. Muy sencillo. Detrás de las aspiraciones de Isidro, está su tío Rosendo. Si Isidro pierde, Rosendo pierde con él. ¿Así o más claro?
  • Esther Quintana Salinas. Dos derrotas consecutivas deben doler mucho. La primera, quizá no tanto. A fin de cuentas ella siempre sostuvo que su sueño no era ser alcaldesa. Pero la segunda es descomunal. Doña Esther siempre quiso ser senadora. No es su culpa haber perdido, pero para su mala fortuna así fue.
  • Silvia Garza Galván. Tercer lugar en una elección que teóricamente tenía ganada, es sin duda una enorme derrota. Afortunadamente para ella, su partido la inscribió en la lista de plurinominales en un lugar privilegiado, por lo que durante los siguientes tres años seguirá cobrando como legisladora federal, aunque ahora más poquito, si se cumple la promesa de López Obrador de bajarles el sueldo a la mitad de lo que hoy ganan.
  • Carlos Orta Canales. A Carlos le queda el consuelo de que será regidor. Sin embargo, no deja de ser lamentable que haya llevado al PAN al tercer lugar en la contienda, con apenas un tercio de los votos que obtuvo el candidato del PRI, y abajo inclusive del candidato de Morena, el ex panista Oscar Mohamar.
  • Ernesto Saro Boardman. Hace cuatro años Saro perdió la alcaldía de Ramos contra su ex pupilo, Ricardo Aguirre. Este año no quiso pasar por la misma vergüenza, y prefirió “postular” al ex priista Raúl Xavier González. Los del PRI le repitieron la dosis, dejando en claro que el único bastión que Saro controlaba, el de Ramos, desde hace años tiene nuevo dueño.
  • Bernardo González. Derrota tras derrota, así ha sido la historia de Bernardo como dirigente del PAN. Él se lava las manos, a fin de cuentas, el que de verdad manda es Memo Anaya. Pero aun así, alguien tiene que pagar los platos rotos. ¿Quién se imagina usted que será?
  • Jesús De León Tello. Le hicieron de agua la candidatura al senado. Le dieron la coordinación de la campaña de Ricardo Anaya en Coahuila, y quedó en tercer lugar. ¿Qué le queda a Chuy de León? ¿Cambiarse a Morena acaso? Tal vez ese sea su destino.

(EL HERALDO DE SALTILLO)