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 EDUARDO J. DE LA PEÑA DE LEÓN

            Durante toda la semana se advirtió ya en el ambiente político estatal como los diferentes grupos se aprestan a disputar espacios donde atrincherarse para el reordenamiento que deberá venir en los siguientes meses, y esto ha generado desde luego ruido pues se recurre a la vieja estrategia de los golpes por debajo de la mesa para intentar descalificar al grupo u actor contrincante.

Así ya hubo en la semana alguna primera embestida contra Samuel Rodríguez, aislada, y que el líder del Congreso rápidamente controló, pero sirvió para confirmar que el tamaulipeco avecindado en Coahuila trae activos y presencia que preocupan a otros dentro de su propio partido.

Durante todo el año Samuel ha tenido una visibilidad permanente, ha sido de los muy contados que da la cara por su partido y por el gobernador, y ha demostrado sus tablas. Se sabe que además de hábil es perseverante, y eso ya inquietó a algunos que no quieren competencia en el futuro.

Casi a la par se inició otro juego, aún críptico pero interesante, que podría ser el intento de una carambola de varias bandas, y ha tenido por lo pronto tres capítulos. Comenzaron la semana anterior en la primera sesión de la diputación permanente donde por unanimidad le aprobaron a los panistas un punto de acuerdo para pedir cuentas sobre la investigación a las «empresas fantasma».

Siguieron esta semana, aprobando nuevamente por unanimidad un acuerdo relacionado con las investigaciones en el Registro Público.

Dos propuestas del PAN para abrir y colocar nuevamente en la agenda pública temas sensibles del gobierno de Rubén Moreira, y pasaron con el voto de diputados del PRI, como Jaime Bueno Zertuche y Azucena Ramos, dos privilegiados del poder en ese sexenio.

Lo de esta semana, del Registro Público, lo impulsó Juan Carlos Guerra, y de inicio dio la impresión que le estaban ayudando a fortalecer su posición pues les resultaría cómoda y conveniente su eventual llegada a la dirigencia estatal del PAN, pero vino de inmediato un revire y le soltaron la maquinaria encima con el pretexto de que ofendió a los diputados con una publicación en redes señalando que algunos legisladores venden su voto.

Guerra trae ese tema desde hace varias semanas, y no está más que denunciando algo bien sabido y evidente, basta con ver cómo votan los supuestos diputados de oposición, aquí lo interesante a descifrar es sí el revire en su contra vino de otro grupo diferente al que le votó a favor su propuesta, o si los mismos que lo respaldaron quisieron disimular desgastándolo en otro frente.

Si alguien quería meter mano en el proceso interno del PAN para conseguir una dirigencia a modo, que se vaya buscando otra carta, pues Juan Carlos Guerra ya puso distancia definiéndose como «el menos panista de los panistas».

Y en la sucesión de Bernardo González no se ven más que tres cartas viables, comenzando por Marcelo Torres Cofiño, por los cargos que ha venido desempeñando a nivel nacional; y complementan la terna Esther Quintana Salinas y Silvia Garza Galván.

Tanto Esther Quintana como Silvia Garza, aunque perdieron en la elección, tienen activos vigentes, prestigio político, militancia y lealtad en el PAN de muchos años; dentro y fuera de su partido se les reconoce por su honestidad y congruencia, justo lo que están exigiendo los panistas que han externado su fastidio con los grupos que han tenido el control en los últimos años, caracterizados por su cerrazón, actuar tramposo y baja eficiencia.

Claro, la agenda mediática está atendiendo la sucesión en el PAN y pareciera que en el PRI no ocurre nada, pero desde luego hay quienes ya le echaron el ojo a la maltrecha silla de Rigo Fuentes.

El dirigente priista desde luego no se quiere ir y convocó esta semana a dirigentes municipales a una reunión en la que también se abrió espacio a otros actores que participan activamente en las tareas electorales.

Dicen que fue una convocatoria más incluyente aún que durante los tiempos de campaña cuando se marginó a personajes que mucho podían aportar. Pero que eso no fue lo más relevante de la reunión, sino el sentido discurso de Rigo en el que les dijo si había que buscar un culpable de las derrotas, ahí estaba él.

Hay quienes consideran ha sido el mensaje más emotivo de Fuentes desde que asumió la dirigencia de su partido. Algo les pasa, en la derrota cobran elocuencia, lo mismo pasó con José Antonio Meade cuando aceptó su derrota el domingo de la elección, en todo el proceso no había tenido un discurso tan bueno.

Por cierto, esa reunión de los priistas sirvió para que se dieran o intentaran algunas explicaciones sobre lo aquí abordado la semana anterior, en relación a que el día de la elección no funcionó el sistema que reporta el flujo de la estructura a las casillas. Aparentemente en muchos municipios los responsables del famoso «bingo» se desentendieron en el momento de advertir lo mal que les iban a salir las cosas y dejaron de suministrar información al sistema.

A nivel nacional han dicho que dejarán a René Juárez en la dirigencia del PRI hasta 2019, ¿mantendrán aquí a Rigo, o se van a decidir por un perfil más fresco, dinámico y sin miedo a trabajar fuera de la estructura?

Cada día que transcurre falta uno menos para la elección de 2020 en que se renovará el Congreso local.

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