LA ESTRUCTURA NO PUEDE DAR MÁS

 

JUAN ANTONIO MARTÍNEZ BARRIOS

Las elecciones del primero de julio nos dicen que en el caso de Coahuila en lo subsecuente los comicios serán de tres, es decir que se ha roto el bipartidismo que encabezaron durante años el PRI y el PAN, y que nunca pudo romper el PRD, un partido en vías de extinción, menos los demás institutos políticos.

En cuatro años, Morena hizo lo que ningún otro, quedando a partir del primer domingo de este mes en primer lugar y enviando al PRI y al PAN al segundo y tercer lugares, respectivamente.

En una de las primeras reacciones, después de la debacle, el secretario de Gobierno del Estado, José María Fraustro Siller, declaró que “el gobierno de Coahuila, emanado de ese partido (PRI), habrá de modificar las estrategias de sus programas de trabajo y mantener una cercanía con la población”. Y que se deben enfocar a atender los problemas de la población.

Le faltó enumerar diversos factores más que, al margen del imparable fenómeno lópezobradorista, han influido para que el Revolucionario Institucional comprometa los resultados en las últimas elecciones, entre los que sobresalen la errónea designación de candidatos y los escándalos de corrupción.

Todo ello, amén de buscar nuevas formas de conectar y convencer a la sociedad pues el voto prostituido por todos los partidos cada vez es más caro y, sin embargo, más incierto. Porque la estructura priista no puede dar más frente a un 62 por ciento de participación en la entidad y un 66.2 en Torreón.

Frente a un PAN más desconcertado por los resultados del primero de julio y los grupos que en busca de hacerse con el poder ponen en riesgo la unidad y competitividad del blanquiazul, en el tricolor prevalece la institucionalidad, a veces su mejor ventaja, en ocasiones su peor inconveniente.

El reto de Morena en el gobierno será evitar la desilusión y el desencanto que parece predecible ante las promesas y compromisos disparatados y absurdos de Andrés Manuel López. Algo similar a lo ocurrido en el año dos mil, cuando la gente se volcó a votar por “el cambio”, ofrecido por Vicente Fox. Y sobrevino el fiasco que resultó su gobierno.