México extraditó a Estados Unidos al narcotraficante Dámaso López Núñez, «El Licenciado», considerado el sucesor de Joaquín «El Chapo» Guzmán al frente del Cártel de Sinaloa y testigo clave de la fiscalía en el juicio que en septiembre arrancará contra éste en Nueva York.
López, de 52 años, fue entregado en la madrugada del viernes a las autoridades estadounidenses en la fronteriza Ciudad Juárez, en el estado norteño de Chihuahua, para ser procesado por asociación delictuosa y delitos contra la salud ante una corte federal del estado de Virginia.
«El Licenciado» llegó el viernes por la tarde allí y comparecerá el lunes ante el juez federal Michael S. Nachmanoff en la ciudad de Alexandria, cercana a Washington DC, según informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
«De acuerdo con el Gobierno de los Estados Unidos, ‘Dámaso L’ es potencialmente testigo clave en contra de la acusación que tiene Joaquín Guzmán Loera», dijo en un mensaje a medios el encargado de la Fiscalía General, Alberto Elías Beltrán.
«El Chapo» será juzgado por 17 cargos, de los que el más importante es el de manejo de organización criminal. Ninguno es un delito de sangre, pero con que sea considerado culpable solo en uno tendrá que pasar seguramente el resto de su vida en una prisión estadounidense.
En la última vista oral preparatoria del caso en la corte federal del Distrito Este de Nueva York, el abogado de «El Chapo» aseguró que la fiscalía posee la declaración de un testigo que dijo que Guzmán no era el líder del cartel de Sinaloa, sino un lugarteniente del mismo.
Durante el juicio, se espera que los fiscales presenten como testigos a antiguos narcotraficantes que declararán contra «El Chapo». «El Licenciado» será uno de ellos.
En México y Estados Unidos hay «un interés jurídico para que el juicio y la sanción contra Guzmán Loera sean exitosos», dijo el subprocurador mexicano. Consideró que la extradición de López es un «parteaguas en la cooperación de ambos países, particularmente en lo que se refiere al intercambio de información».
«El Licenciado», que debe su apodo a sus estudios en Derecho, fue detenido en mayo del año pasado en la Ciudad de México, en una operación que incluyó tres registros y la intervención de fuerzas federales.
«Hasta su captura, participó presuntamente en una conspiración de muchos años para distribuir grandes cantidades de cocaína, importante las drogas a Estados Unidos», dijo el vicefiscal general interino, John P. Cronan.
«El arresto y la extradición demuestran el compromiso de Estados Unidos y de nuestros socios en México en perseguir a los traficantes de drogas que buscan inundar nuestras calles con adictivos y mortales venenos para su enriquecimiento ilícito», añadió el funcionario estadounidense.
López fue jefe de seguridad de la prisión de Puente Grande, en el estado occidental de Jalisco, donde «El Chapo» estuvo preso desde 1993. Llegó a ser jefe de la Policía Judicial de Sinaloa y, al ocupar el cargo de subdirector de seguridad del penal Puente Grande, planeó la primera fuga de Guzmán en 2001.
Tras su colaboración se convirtió en compadre y hombre de confianza del entonces supuesto líder del Cártel de Sinaloa. Llegó a ser responsable de enviar toneladas de droga desde México y desde 2013 se encuentra en la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que prohibió realizar cualquier transacción financiera con él.
«El Licenciado» pasó de ser amigo de Guzmán a convertirse en el enemigo número uno de sus hijos y familiares, sobre todo después de que el capo fue extraditado en enero de 2017 a Estados Unidos. Su hijo, Dámaso López Serrano, conocido como «Mini Lic», se entregó en julio del año pasado a la DEA.
Actualmente el Cártel de Sinaloa se encuentra debilitado por la captura de sus principales líderes, aunque todavía tiene fuerte presencia en el norte del país y se disputa el control de territorios con el Cártel de Jalisco Nueva Generación, considerado en la actualidad como el más peligro en México.
La investigación en torno a «El Licenciado» la realizaron el FBI y la DEA en cooperación con las autoridades de México y Colombia. La oficina del fiscal del Distrito Sur de California asistió también en ella. (DPA)
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