Se une Flor y Canela a iniciativa del popote de bambú

 

Durante su vida una persona gasta en promedio 38 mil popotes plásticos. En todo el mundo se usan al menos 500 millones diarios, mismos que tardarán 100 años en degradarse y que por lo general terminan en el mar, y con esto dañan a especies marinas, contaminando su hábitat e incluso atentando contra su existencia.

Con la intención de ayudar desde su trinchera, el Café y Aperitivo Flor y Canela (Juárez, Centro Histórico), se unió a la campaña de eliminar el uso del popote de plástico, sustituyéndolo por uno de bambú, que al ser natural es biodegradable.

«Nosotros hace más de un año iniciamos con la campaña «Sin Popote». Lo primero que hicimos fue hablar con los clientes, para saber si querían o no los popotes en sus bebidas frías, explicándoles un poquito más de la campaña (…). Empezamos hace un año a empujar la campaña y posteriormente vinieron a buscarnos de Mercado Orgánico y de Artesanías (MOYA), para ofrecernos los popotes de bambú», mencionó para El Heraldo, Berenice Meza, propietaria del Café.

Los popotes de bambú pueden ser reutilizados hasta mil veces al ser lavables, además se pueden transformar en composta al término de su uso. Para Flor y Canela también es de suma importancia concientizar a la industria restaurantera sobre el hondo daño que ocasionan los tradicionales.

«Creo que es una alternativa sustentable y viable (…). Tenemos que irnos adaptando a los cambios y al cuidado del planeta que cada vez estamos dañando más como sociedad», precisó.

Además de la iniciativa de popotes de bambú, el establecimiento también ha eliminado el uso de desechables dentro de su espacio, además de separar la basura dependiendo su tipo, e incluso es parte de una campaña de recolección de tapas plásticas, mismas que son intercambiadas por quimioterapias para niños con cáncer. (OMAR SOTO)