Afectaron incendios en sierras de Arteaga y Zapalinamé reservas de alimento de la cotorra serrana

Los incendios registrados el pasado mes de abril en la Sierra de Zapalinamé, dentro del área del Cañón de San Lorenzo, y también el que ocurrió a principios de junio en la Sierra de Arteaga en el predio conocido como Las Copetonas, afectaron importantes reservas de alimento de la cotorra serrana oriental, especie emblemática del sureste de Coahuila, cuyos ejemplares ahora deben desplazarse cada vez más lejos para buscar las semillas de conífera y las inflorescencias del maguey que requieren para sobrevivir.

Lo anterior fue dado a conocer por el biólogo Samuel López, del área educativa del Museo de las Aves de México, quien señaló que en las áreas siniestradas se presentó la destrucción de cientos de ejemplares de pino y de maguey de montaña, que proveían de sustento a la cotorra serrana, la que ya de por sí enfrenta competencia por el alimento con otras especies no nativas de loros introducidos en la región.

El especialista dijo que la recuperación de las coníferas y magueyes que ofrecían alimento a la cotorra serrana podría tardar entre 20 y 30 años, por lo que se requiere la intervención de las autoridades en materia del medio ambiente a fin de que se establezcan medidas para proteger a la cotorra serrana de esta contingencia que amenaza su supervivencia.

“Las áreas siniestradas tanto en la Sierra de Arteaga, en lo que es el cañón de la Carbonera y en la Sierra de Zapalinamé, contaban con importantes reservas de alimento para la cotorra serrana, especie que, repentinamente, vio desaparecer a causa del fuego esas reservas, esto hace que las poblaciones de esta ave tengan que volar cada vez más lejos a buscar el alimento que antes les proveían dichas áreas, esto representa un fuerte impacto para el hábitat de esta especie”, dijo el biólogo.

“Recordemos que ya de por sí la cotorra serrana enfrentaba una competencia por el alimento debido a otras especies de sitácidos no nativos introducidos en la región, es decir, loros y cotorros exóticos que llegaron para ser comercializados en la región como aves de ornato, y que por diversas causas fueron liberados y se reprodujeron, representando una fuerte afectación para la biodiversidad”, agregó.

Recordó que la cotorra serrana oriental suele anidar en cavidades de árboles y pone hasta 8 huevos en esos nidos, cuya incubación tarda de 17 a 35 días, permaneciendo los polluelos hasta 70 días en el nido.

Indicó que la distribución de esta ave, que es endémica del noroeste de México, llegaba anteriormente hasta el sureste de Arizona en los Estados Unidos, y al sur y este del país hasta el estado de Veracruz, siendo su estatus actual considerado como en peligro de extinción.

Dijo también que el Museo de las Aves ha implementado exitosos programas de conservación, como el que se lleva a cabo dentro del Santuario “El Taray”, que se creó en 1995 y se encuentra localizado también en la sierra de Arteaga, donde se ha reportado el 45 por ciento de la población reproductiva de la cotorra serrana oriental. (ÁNGEL AGUILAR)