Cristiano Ronaldo quiere saldar su última deuda mundial

(Xinhua/Xu Zijian) 

 

Por Alberto Bravo

Sochi, Rusia.- Pocos muros se le resisten a Cristiano Ronaldo y uno de ellos es el de marcar un gol en eliminatorias del Mundial, el momento más importante del mayor torneo del fútbol. De ello depende en enorme medida la posibilidad de Portugal de eliminar este sábado a Uruguay.

El actual Balón de Oro disputa en Rusia su cuarta Copa del Mundo y llega a octavos después de comenzar con toda exuberancia y disminuir progresivamente su rendimiento estadístico.

Ante España fue el salvador de su equipo con tres goles -uno de ellos fue el empate definitivo a tres minutos del final con un sensacional golpe de falta directa- y después marcó el tanto del triunfo ante Marruecos.

Su último encuentro de la fase de grupos fue más irrelevante e incluso le pudo costar la clasificación a Portugal. Erró un penal, pudo ser expulsado y los focos quedaron para el veterano Ricardo Quaresma, el autor del tanto del empate ante Irán.

Ahora llega la barrera personal que son los octavos de final para Cristiano Ronaldo. Su primera gran cita de selecciones fue en Alemania 2006 y, tras marcar precisamente ante Irán en la segunda jornada de la fase de grupos, en la primera ronda eliminatoria se quedó inédito en el 1-0 ante Holanda y el empate posterior sin goles ante Inglaterra.

Cristiano Ronaldo sí pudo hacer el tanto decisivo de la tanda de penales ante los británicos para llevar a su equipo a semifinales, pero en el siguiente encuentro, Portugal y su joven estrella volvieron a quedarse sin marcar y Francia les echó del torneo.

Cuatro años después el Mundial viajó a Sudáfrica y Cristiano Ronaldo anotó en la goleada 7-0 a Corea del Norte, pero llegaron los octavos y una nueva decepción, pues España ganó 1-0 a Portugal con tanto de David Villa en una noche pésima para el astro luso.

Las cosas le salieron todavía peor en el Mundial de Brasil, donde Portugal quedó eliminada en la primera fase tras un empate sin goles ante la anfitriona, tablas 2-2 con Estados Unidos y un triunfo estéril en la última jornada con Ghana en un partido en el que sí consiguió marcar la estrella del Real Madrid.

Son cerca de 300 minutos los que lleva Cristiano Ronaldo sin anotar en eliminatorias mundialistas, toda una cuenta pendiente, y el reto ante Uruguay es mayúsculo. Portugal es en buena medida lo que es su estrella, según se vio en la primera fase.

Suyos fueron 15 de los 32 remates del equipo -Quaresma, con cuatro, es el segundo-, anotó cuatro de los cinco goles de su selección y acreditó siete de los nueve remates entre los tres palos de los portugueses.

Su rival en Sochi tiene una fama contrastada de excelente defensor. Así, el arquero Fernando Muslera se mantiene imbatido y por delante tiene a dos centrales de la talla de Diego Godín y José María Giménez, ambos del Atlético de Madrid y excelentes conocedores del juego del futbolista portugués.

Aunque el defensor Sebastián Coates avisó de que «no se prepara un partido para un jugador, sino para un equipo», sonó a demasiado tópico cuando delante se tiene un jugador como Cristiano Ronaldo.

El partido llega además en un momento de incertidumbre sobre su futuro en el Real Madrid. Se marchó al Mundial insinuando su adiós al equipo blanco después de diez temporadas batiendo récords y todavía no aclaró en qué lugar se ubica su destino.

En Rusia se convirtió en una figura elusiva y hermética. Apenas firmó algunos autógrafos a niños a la entrada del hotel y, más allá de su comparecencia obligatoria ante los medios las dos veces que fue elegido jugador del partido, sólo se le volvió a ver cuando en la noche antes del encuentro ante Irán salió a la ventana para reclamar silencio a los ruidosos hinchas rivales.

Es Cristiano Ronaldo ante un desafío enorme en lo que puede ser su último partido en un Mundial. O no. (DPA)