Senegal sorprende a Polonia de Lewandowski

Photo: Federico Gambarini/dpa

 

Senegal tumbó 2-1 a la Polonia de Robert Lewandowski en el Spartak Stadium y puso patas arriba el Grupo H del Mundial del fútbol de Rusia.

El conjunto africano ganó con goles de Thiago Cionek en propia meta (37′) y Mbaye Niang (60′) para colocarse líder de su zona junto a Japón, que un rato antes había derrotado a Colombia con idéntico marcador.

Grzegorz Krychowiak descontó en el 86′ para Polonia con un cabezazo, pero no pudo evitar que su selección y Colombia, las favoritas del Grupo H, quedaran al fondo de la clasificación tras la primera jornada. En la segunda, el domingo, se medirán entre sí en Kazán en un partido que se antoja a vida o muerte.

Con el triunfo, Senegal dio un paso de gigante hacia los octavos de final en Rusia, adonde llegó con la esperanza de poder igualar los cuartos de aquel inolvidable Mundial 2002. Aliou Cissé, entonces el capitán, es hoy el entrenador de una selección seria, organizada y veloz.

Ya se sabía de antemano, pero hoy quedó demostrado nuevamente que Polonia es el Bayern Múnich ni Senegal es el Liverpool: Lewandowski y Sadio Mané, estrellas de sus selecciones, no pudieron brillar en el Spartak Stadium, ausentes ellos de socios similares a los de sus clubes.

El partido arrancó apenas hora después de que Japón diera la sorpresa ganando 2-1 a Colombia, por lo que el resultado del Polonia-Senegal adquiría todavía más importancia.

Pero ni Polonia ni Senegal salieron desde el minuto uno buscando la victoria. Al contrario, fútbol contemplativo, todos más pendientes del error ajeno que del acierto propio.

Hacia la mitad de la primera parte parecía que el encuentro despertaba con un disparo cruzado de Mbaye Niang y posterior remate de cabeza de Kamil Grosicki para los europeos. Pero no: era un espejismo. Errores de unos y más errores de los otros fue lo que siguió a esa tibia reacción.

Con ese panorama, algo extraño tenía que ocurrir para que llegara un gol. Y fue exactamente lo que pasó en el minuto 37. Niang, 1,96 metros de altura, controló perfectamente un balón con el pecho, se la cedió a Mané, este se la cedió a Idrissa Gana Gueye, que, desde la frontal, tiró sin mucha fe. Pero tuvo la fortuna de que el balón tocó en Cionek para acabar después en el fondo de las redes.

Al descanso, Polonia esperaba todavía noticias de Lewandowski, máximo artillero de la última Bundesliga y capitánn de los europeos. «El talento de Robert es inmenso», había dicho en la previa su seleccionador, Adam Nawalka.

Y en el minuto 49, justo después de regresar al campo, casi consigue el empate. Lewandowski robó una pelota en el círculo central y se hizo un autopase para enfilar el área rival. A dos metros de entrar a la zona de castigo, fue derribado por Salif Sané.

El espigado central senegalés vio una amarilla a cambio de haber evitado el posible empate. Un buen negocio. Lewandowski fue el encargado de tirar la falta, pero el portero Khadim Ndiaye tapó bien.

Mané tuvo en sus botas el 2-0 en el 52 y cuatro minutos después fue Lukasz Piszczek el que rozó el tanto. En apenas diez minutos hubo más emoción que en toda la primera parte.

Pero quedaba el plato fuerta de la segunda mitad. En el minuto 60, Krychowiak cedió un balón atrás que quedó en terreno de nadie. No llegaron ni el central ni el portero, sino un avispado Niang que tocó con lo justo para deshacerse del arquero y quedarse él solo delante de la portería vacía. Como no podía ser de otra manera, fue el 2-0.

Contra las cuerdas, Nawalka dio entrada a Dawid Kownacki por un desacertado Arkadiusz Milik, que recibió una tremenda pitada por parte de los hinchas polacos, inmensa mayoría de los 44.190 que colmaron el estadio.

Cuando el partido parecía morir con el 2-0, Krychowiak se resarció de su error y dio alguna esperanza a Polonia al cabecear una falta a las redes. Quedaban unos minutos por delante, pero el resultado ya no se movería. (dpa)