INDICADOR POLÍTICO

CARLOS RAMÍREZ

Tercer debate: continuidad o abandono de neoliberalismo

Si en el primer debate los electores se quedaron esperando propuestas concretas sobre seguridad y en el segundo no hubo posicionamientos claros sobre Trump y el Tratado de Comercio libre, el tercer debate también va a ser un fracaso. Los candidatos presidenciales buscan el voto ciudadano no por propuestas, sino por sentimientos y resentimientos.

Cuando menos existen tres puntos concretos que exigirán respuestas directas en el tercer debate:

1.- Crecimiento económico: ¿cuál es la meta anual promedio sexenal de los candidatos en materia de crecimiento económico o PIB? De 1934 a 1982 México creció promedio anual 6% y de 1983 al 2018 fue de 2.2%. México necesita 6% para ofrecer empleo formal a toda la población económicamente activa. A lo largo de treinta y cinco años, el modelo de desarrollo ha dejado fuera del bienestar a dos terceras partes de los mexicanos.

2.- Pobreza y desigualdad: el último reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la política de desarrollo social (Coneval) señala que sólo el 22% de los mexicanos vive sin problemas de carencias sociales ni marginación y el 78% padece una o cinco carencias sociales. Este es el saldo del modelo neoliberal de desarrollo implantado por De la Madrid y Salinas en 1983. ¿Tienen los candidatos una alternativa y cuál será la meta de pobreza-bienestar vis a vis la actual de 2018-2022?

3.- Estado: la reforma delamadridista-salinista de 1983-1985 liquidó el Estado social y señaló que el Estado ya no iba a representar a las clases sociales marginadas. El retiro del Estado de su responsabilidad social en el bienestar derivó en las cifras de desigualdad propias de un país del tercer mundo y contribuyó a la concentración del ingreso que señala que los diez hombres más ricos de México tengan el 10% del PIB y que las 10% de las familias más ricas se queden con el 40% del ingreso nacional. ¿Qué tipo de Estado propone cada uno de los cuatro candidatos?

De antemano se puede suponer que los candidatos de nueva cuenta eludirán las propuestas concretas sobre el modelo de desarrollo que define los seis temas del tercer debate presidencial de hoy: crecimiento económico, pobreza y desigualdad, educación, ciencia y tecnología, salud y desarrollo sustentable.

Eso sí, se puede concluir que José Antonio Meade continuará otros seis años con el neoliberalismo salinista y un escenario de 2%-2.5% de PIB promedio anual sexenal; que Andrés Manuel López Obrador sólo aplicará el modelo populista de gasto sin ingreso y orientado a sus bases electorales y no beneficiará a la totalidad de los mexicanos; que Ricardo Anaya carece de una propuesta de política económica y modelo de desarrollo y aplicaría la propuesta populista de la renta básica obligatoria; y que Jaime Rodríguez Calderón El Bronco…, bueno, lo que sea.

La clave para salir de la crisis de desarrollo-bienestar de México –PIB bajo y mayor pobreza acumulable cada año– se localiza en la redefinición de las tres variables básicas: modelo de desarrollo/política económica/Estado de bienestar. Pero como van las cosas, el primero de julio los mexicanos irán a votar a ciegas por candidatos que no han revelado sus políticas de desarrollo.

Si hubiera autoridad electoral, los debates ya se hubieran cancelado por inservibles.

 

 

Política para dummies: La política es el arte de engañar a los demás, pero dejándolos creer que el político dice la verdad.

Si yo fuera Maquiavelo: “Nadie deja de comprender cuan digno de alabanza es el príncipe que cumple la palabra dada, que obra con rectitud y no con doblez”.

 

Sólo para sus ojos:

Otra vez, frente al desorden en la selección mexicana de futbol, los excesos que le dan mala imagen y el gran negocio de los patrocinadores, es necesario que el Congreso ponga orden en un equipo que ostenta oficialmente el nombre de México.

The New York Times dice que hay certezas de funcionarios mexicanos corruptos en el caso Odebrecht, pero que la PGR no hace algo para no dañar al PRI. Otro ejemplo de la PGR como oficina al servicio de los intereses del PRI.

El panista-perredista Ricardo Anaya quema sus naves con un todo por el todo: si gana, juzgará a Peña Nieto.

Famosas últimas palabras: “si gano haré entrar en razón a EU”: López Obrador, candidato presidencial de Morena.

 

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