EL MESÓN DE SAN ANTONIO

ALFONSO VÁZQUEZ SOTELO

El panorama es desalentador: en el 2050 habrá más plástico que peces en los océanos, así lo ha dado a conocer la Organización de las Naciones Unidas a propósito del Día Mundial del Medio Ambiente, en donde evidentemente no tenemos nada que celebrar.

Y es que, para todo una bolsa: esa cosa tan lábil que se desgarra incluso antes de cumplir su cometido, eso que desechamos a los 15 minutos de haberlo usado, eso que tiramos a la basura y nos olvidamos, es lo que está matando a miles de especies marinas peligrosamente rápido.

“Muere ballena tras tragar 80 bolsas de plástico”, leí  en las noticias, y la imagen de aquel imponente animal que llevaba cinco días convulsionándose en una playa de Tailandia, entre vómitos y espasmos tratando de expulsar lo que pensó era comida, me impactó en demasía.

¿Qué mundo le estamos dejando a las futuras generaciones? Altos niveles de contaminación que provocan enfermedades pulmonares, bosques deforestados por la tala ilegal y por incendios que se pudieron evitar, islas de basura flotando en los océanos, todo esto me hace preguntarme: ¿conocerán mis nietos a las jirafas, las que ahora ya se suman a la interminable lista de especies en peligro de extinción?, ¿escucharán los niños del mañana el canto de los pájaros de cada estación?, ¿serán los osos polares un mito en el futuro?

Como le decía al principio, desde aquí el panorama luce alarmante. Sin embargo, hay buenas noticias: todavía tenemos la esperanza de cambiar el rumbo de nuestro contaminado mundo, y la forma de hacerlo es a través de iniciativas como las que se firmaron en el evento del Día Mundial del Medio Ambiente en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Coahuila, cuyo tema central fue “Sin contaminación por plástico. Rechaza lo que no puedas reusar”.

Ahí, Antonio Molpeceres, Coordinador Residente de la ONU, le pidió directamente a nuestro alcalde Manolo Jiménez que se comprometiera a eliminar el uso de las bolsas de plástico en nuestra ciudad. ¿Se imagina, querido lector, lo beneficioso que sería eso para nuestro planeta? Porque ha de saber usted que cada minuto que pasa se tira a la basura UN MILLÓN de botellas de plástico. Cada minuto de cada hora de cada día que pasa.

Por eso le pido, con la triste imagen de esa ballena tratando de expulsar lo que pensó que era alimento, que reflexione cada vez que le lo ofrezcan una bolsa en el súper mercado, ¿es realmente indispensable o podemos llevar las cosas en las manos? Como cuando éramos pequeños y nos mandaban por los refrescos, íbamos cargando los envases de vidrio en una canastilla y no significaba mayor problema –salvo cuando una botella se rompía, lo de menos era cortarnos, ¡lo preocupante era tener que pagar otro envase!-

Volvamos a lo básico, aunque en un principio pueda resultar más trabajoso, sin duda nos traerá grandes beneficios a nosotros y a nuestros hijos y nietos: llevemos bolsas de manta al mandado, rellenemos las botellas de agua, evitemos los desechables, digamos que “no” a los popotes, pensemos que cada cosa que desechamos, tarde o temprano, llegará al mar.

 

Autor

Alfonso Vazquez Sotelo