EL AGUA Y LAS CONTRADICCIONES

JUAN ANTONIO MARTÍNEZ BARRIOS

Con muchas deficiencias y hasta contradicciones, el Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento de Torreón (Simas) pierde la lucha contra el problema de la escasez del vital líquido, cada vez más grave.

Los directivos del Sistema sostienen que no hay escasez, a pesar de que en colonias lo mismo del poniente que del suroriente tienen días en que no sale una sola gota de sus tomas domiciliarias y la desesperación ha llevado a los vecinos a realizar bloqueos de calles y avenidas y manifestaciones en las oficinas del organismo.

En estos días los funcionarios del Simas hasta han “descubierto” que cuando sube la temperatura –y vaya que se ha incrementado amenazando con romper marcas- aumenta la demanda del agua. ¿Estarían esperando que disminuyera el consumo?

Desde principios de año el gerente general Juan José Gómez, advertía que en el verano se presentarían problemas con el abasto de agua. Desde entonces ya sostenía que las deficiencias tienen que ver con la conducción, no tanto con la presión, y que analizarían opciones precisamente para mejorar el caudal. Hoy vemos que no concretaron ninguna acción. Pero sí optaron por lo más sencillo: culpar a la CFE de la escasez de agua en Torreón ante los apagones que, ciertamente ocurren a menudo.

Sin embargo, este mes el consumo de agua se incrementó de 2 mil 600 litros por segundo a 3 mil 100. Y la capacidad de abasto es de 3 mil. Juan José Gómez reconoce que la anterior administración perforó suficientes pozos para garantizar el abasto, pero al mismo tiempo aduce que el agua se pierde en la gran cantidad de fugas de la vieja cañería.

La población no soporta las deficiencias y las excusas, pero menos las burlas y peor aún la ausencia de sensibilidad. Y así califican el hecho de que las autoridades municipales se pongan a lavar plazas, incluida la Plaza Mayor, utilizando grandes cantidades de agua. O que mediante leyendas en muros callejeros conminen a la población a cuidar el agua en lugares donde los vecinos se quejan precisamente de que no tienen una gota.