CAFE POLITICO

RAMÓN BENTANCOURT

HASTA CON LA CUBETA

Primero se dan hasta con la cubeta; luego fuman la pipa de la paz. Y ello parece ser el común denominador al seno del PAN no solo en Coahuila, sino en Torreón. Veamos. Hace seis años Luis Fernando Salazar Fernández le dio un bajón, a Jorge Zermeño, de la candidatura por la senaduría con el argumento de que Jorge los había abandonado al irse de embajador de México en España. “La lucha contra los Moreira solo la dimos Memo, Chuy y yo”, diría Salazar en ese entonces. Hoy, una vez que el gobernador Miguel Riquelme los aplastó por más de 30 mil votos, los panistas cierran filas y se levantan las manos. Incluso hicieron alianzas con lo más disímbolos candidatos de supuestas izquierdas cogñaqueras (Javier Guerrero) con tal de echar abajo una elección local (gubernatura) que vino a fortalecer la democracia electoral en Coahuila.

LEGALIDAD, CERTEZA E IMPARCIALIDAD

La legalidad, certeza, imparcialidad, objetividad e independencia que legitimaron la validez de la elección constitucional que ganó en las urnas y en los tribunales Miguel Ángel Riquelme Solís (MARS), hizo que al interior del Partido Acción Nacional hubiera ciertos reacomodos con tal de que la “Burbuja Azul” no desapareciera o quedara desprotegida en este 2018. Por ejemplo, Luis Salazar de inmediato pidió licencia y dejó su escaño en el Senado de la República. Él quería ser el candidato a la alcaldía de Torreón, pero Jorge Zermeño le cobró la factura, es decir, le ganó el parpadeón. En este caso Salazar hizo otro berrinche y tuvo que aguantar vara y conformarse con la candidatura a una diputación federal. El primer berrinche que hizo Luis fue cuando su compadre Guillermo Anaya le sacó de la bolsa la candidatura por la gubernatura. De ahí su pleito, hasta la fecha, con el candidato presidencial Ricardo Anaya.

MUY AMIGOS LUIS Y ALEJANDRO

Lógico es suponer que Luis Fernando quiere ser legislador en San Lázaro ya que la mira la tiene puesta más arriba; en la presidencia municipal. Pero se le va a atravesar Marcelo Torres, quien una vez que Damián Zepeda asuma la senaduría plurinominal, se hará cargo del PAN como dirigente nacional. O sea, Luis y Marcelo –y hasta Memo por enésima vez– están haciendo planes de cara a la renovación de la gubernatura en 2023. Vamos, en Acción Nacional en Coahuila y Torreón cada calefacto anda jalando por su lado. Cada quien trae su rumbo y dirección, sus estrategias y pactos políticos. Ahora bien, el que se ve desprotegido es Salazar ya que Marcelo y Guillermo han hecho excelente mancuerna con el “cerillo” Ricardo Anaya. Y como las próximas candidaturas se resolverán en el CEN del PAN, ya se imaginará usted como se darán las cosas. Por cierto, como dije al inicio: Primero se dan hasta con la cubeta; luego fuman la pipa de la paz. Es decir, Luis Fernando aprovechando su estrecha amistad con Alejandro Irarragori (dueño del Santos Laguna), subió al avión chárter a Jorge Zermeño para que aprovechara la coyuntura deportiva que fue la final del Futbol Mexicano. Ello por obvias razones: para que Jorge también se colgara las medallas y levantara la copa de campeón.

GOBERNADOR MATAULIPECO

Por cierto, otro que abandono su estado –Mataulipas– en plena refriega criminal fue el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca. Vale recordar que Salazar y él son muy buenos amigos. Incluso Luis operó parte de su campaña. Bien. Sin importarle que su entidad, de las 32 en el país, es en donde se da el mayor índice delictivo del fuero común y del crimen organizado, García Cabeza de Vaca se vino para Torreón. Es decir, también a ese gober se lo trajo Luis para que hiciera un recorrido por las instalaciones del Territorio Santos Modelo (TSM) acompañados de Alejandro Irarragori. Es decir, en plena refriega criminal y delictiva en su tierra natal (Reynosa), en Matamoros, Ciudad Victoria y El Mante, García Cabeza de Vaca agarró sus chivas y se vino unos días a Torreón. Carajo, si en El Mante varias empresas como el Grupo Lala están abandonando la ciudad por falta de garantías de seguridad, y su gobernador disfrutando unos días de asueto con sus amigos de Torreón.

DE TIEMPO COMPLETO

Cabe destacar que los viajes de Zermeño no tendrían nada de malo si Torreón estuviese blindado contra la inseguridad, si estuviera todo en paz, en tranquilidad, pero hoy en día no es así. Vamos, si nuestra ciudad gozara de la calma y equilibrio que tuvo hace apenas seis meses, pues que se vayan los alcaldes a gozar finales deportivas, o a pasar unos días en la Ciudad de México, como lo hizo el pasado fin de semana Zermeño. Lo grave del asunto es que una vez que ha arreciado la delincuencia, en Torreón se han suspendido en dos ocasiones las sesiones sobre seguridad pública. El argumento fue es que “todos estamos desvelados preparando lo del desfile del Santos”. Deveras que ya ni la burla perdonan porque qué tiene que ver un desfile deportivo de los campeones con las reuniones de seguridad. Es imperativo señalar que Torreón y los torreonenses requieren de un alcalde de tiempo completo. Carajo, esa expectativa no se ha cumplido. ¿O qué, es mucho pedir?

NUMERALIA

Justo a 35 días para que salgamos a votar el domingo 1 de julio por nuestra preferencia política, es impresionante conocer los números de esta enorme y grandísima elección. De ahí que sea conveniente tener una idea de la trascendencia e importancia que reviste. Por ejemplo: 1) Se elegirán un Presidente; nueve gobernadores; 500 diputados federales y 128 senadores. Además se elegirán 17 mil 530 cargos locales. 2) Tienen derecho a votar 89 millones 300 mil mexicanos inscritos en la Lista Nominal. 3) Habrá 157 mil 349 casillas, y 1 millón 403 mil funcionarios de casillas. 4) Serán 281 millones de boletas electorales. Es decir, si son 3 elecciones federales –Presidente, Diputado y Senador–, lógico es que si multiplicamos la Lista Nominal que es de 89.3 millones por 3, nos daría 267 millones de boletas. La diferencia de estas para llegar a los 281 millones, son boletas de elecciones locales como alcaldes (CDMX) y gobernadores. 5) 2 mil 542 serán observadores del país y extranjeros debidamente acreditados ante el Instituto Nacional Electoral (INE). 6) En cuanto a la participación ciudadana en las urnas. En la elección del 2000 que ganó Vicente Fox (PAN) salió a votar el 64 por ciento. En la de 2006 que dominó Felipe Calderón hubo un 58% de votantes. Y en 2012 que ganó Enrique Peña (PRI) votó el 62 por ciento. Así las cosas, dado que han sido más las mentadas, pleitos, escarnios y vilezas (campañas de odio), que las propuestas viables y concretas, creemos que esta elección será igual o menor a la del año 2006 (Calderón), en donde un 58 por ciento de mexicanos salió a votar.