MEADE: EL TRIUNFO POSIBLE

 

 RUBÉN CORTÉS

El candidato que en peor situación llegó al segundo debate fue Meade: el único al que sólo ganar lo mantenía en la pelea por ser Presidente. Y no sólo ganó: se comportó como el único hombre de Estado en la liza; mientras los otros parecían sólo políticos que quieren ganar la próxima elección.

Hay que insistir en la diferencia entre estadista y político: el primero piensa en los próximos veinte años de su país; el otro, en ganar una elección. Con su expertise en todos los temas, Meade se mostró como un hombre instruido y que puede administrar el país con mayor eficiencia.

Meade consiguió, además, quitarse de encima la imagen que hasta ahora había sido su flanco débil: la rigidez y mesura típicas de alguien que ha sido toda la vida funcionario, secretario de Estado… ajeno a los chistoretes y a la cachiporra de los políticos clásicos, lo que se da en llamar “conectar”.

Ahora apareció un Meade más cercano, suelto, que mejoró 180 grados en relación con el primer debate, en el cual le fue razonablemente bien, al no ganar ni perder. El domingo, además, “conectó”, pero sin chistoretes ni cachiporra, sino siendo él mismo: didáctico, preparado. A su manera, pues.

El triunfo en el debate permite a la campaña de Meade instrumentar una narrativa de triunfo que no había podido articular hasta ahora, aunque ya había arrancado días antes con la llegada a la presidencia del PRI de un priista de raigambre y con ascendencia en las bases: René Juárez.

Es preciso insistir en que un triunfo de Meade el 1 de julio es tan posible como el de AMLO o Anaya. Porque las encuestas no deciden nada. Vamos, las encuestas jamás han decidido nada. Sólo son instrumentos de los grupos de poder para crear percepciones.

Hasta la noche del 2 de julio de 2016, éstas daban como ganador al PRI en los 12 estados que elegían gobernador, pero el PAN ganó siete. En la CDMX, el PRD se llevaría todo, pero ganó seis y Morena cinco delegaciones. El 4 de junio de 2017, las encuestas decían que Morena ganaba el Edomex y perdió.

Hasta avanzada la noche del 10 de noviembre de 2016, las encuestas indicaban que Hillary Clinton sería la presidenta de Estados Unidos, pero Donald Trump conmocionó a medio Estados Unidos y al mundo entero al derrotarla.

Hacia el 1 de julio circulan en redes más de 760 encuestas y 140 en medios impresos, pocas de las cuales tienen metodología o aplicación correctas o incumplen con los requisitos mínimos para ser contundentes, y son mediciones a segmentos pequeños.

Entonces la fecha del segundo debate deberá ser recordada:

Fue el día que Meade empezó a ganar.