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EDUARDO J. DE LA PEÑA

            Está por definirse a cuál de las Vicepresidencias de la Confederación de Cámaras de Comercio se incorpora el saltillense Jorge Tafich Martínez, quien en semanas anteriores fue invitado por el yucateco José Manuel López Campos para que colabore en su recién iniciada gestión como dirigente nacional del comercio organizado.

Tafich tiene una reconocida trayectoria empresarial en Saltillo, además de su participación en la promoción del emprendedurismo –fue uno de los fundadores del Centro de Desarrollo Empresarial y Liderazgo CEDEL– y en los organismos empresariales, ha participado en la Cámara de Radio y Televisión, desde luego en la de Comercio,  y en la Unión de Organismos Empresariales.

Tiene un estilo personal de liderazgo, sin protagonismos, mesurado, pero con mucha claridad y firmeza en defender los intereses de sus representados y de la comunidad, sin apasionamientos ni perder la objetividad.

Así se ganó un lugar en la Canaco a nivel local, posteriormente en el estado, y hoy se encamina a los organismos nacionales, donde ya tuvo participación desde la dirigencia de Jorge Dávila Flores, y hoy es uno de los 25 consejeros en funciones.

Se sabe que hay al menos tres opciones para la incorporación de Tafich a Concanaco, destacando las Vicepresidencias de nuevos proyectos y la de relaciones institucionales.

En cualquiera tendrá seguramente un buen desempeño, lo cual redundará en beneficio de su gremio, pero también para Coahuila por las relaciones y la capacidad de gestión que podrá desarrollar.

Es un lugar ganado a pulso, por su trayectoria familiar y personal, por su desempeño y sus resultados, y también por el respeto que se ganó en su Cámara al organizar uno de los tres eventos nacionales para conmemorar el centenario de la Confederación, habiendo coincidencia en que el de Saltillo fue el mejor de todos.

Para Saltillo y Coahuila debe ser motivo de satisfacción que se alcances estos logros. Felicidades.

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Quien está de lleno ya en su nueva responsabilidad, de regreso al ámbito privado en dónde ha tenido la mayor parte de su desempeño profesional, es Jorge Verástegui Saucedo, electo en marzo como rector de la Universidad Autónoma del Noreste, cargo que asumió oficialmente desde abril.

Con la Secretaría del Ayuntamiento, en la que estuvo por tres meses, Verástegui cerró su carrera de cerca de doce años en el servicio público, al que se incorporó después de una larga trayectoria en el Grupo Industrial Saltillo y los organismos empresariales.

Verástegui, Licenciado en Comunicación egresado del Tec de Monterrey, recorrió todas las áreas de comunicación, publicidad y relaciones públicas del GIS, donde trabajó por más de veinte años. Muchos de ellos bajo la tutela del bien recordado Alfredo Villarreal Mellado, a quien sustituyó finalmente en la Dirección General de Relaciones.

Le tocó vivir en el GIS la transición generacional, la incursión de la familia López directamente en la política, y también fue llevado a la dirigencia de organismos empresariales, con una activa y sonada participación.

Su primera aproximación al sector público fue como asesor de Rosendo Villarreal Dávila, cuando fue alcalde, y no tuvo otra sino hasta el gobierno de Humberto Moreira Valdés, cuando fue designado subsecretario de vinculación entre el sector productivo y el educativo en Coahuila.

En la administración de Rubén Moreira Valdés ocupó las secretarías de la Función Pública y de Salud, y a partir del primero de enero de este año asumió la Secretaría del Ayuntamiento en el Cabildo que encabeza Manolo Jiménez Salinas.

En marzo el Consejo Directivo de la UANE, que preside Ricardo Martínez Neira, lo designó como nuevo Rector.

Se abre para esa institución una oportunidad, pues aunque de hecho la Universidad ha estado siempre vinculada al GIS y al Grupo ARMA, por primera ocasión la Rectoría recae en alguien que está fuera de la academia pero conoce el sentir  y las necesidades del mercado laboral.

Será interesante ver el enfoque que Verástegui le dé a los planes educativos de la UANE, en un momento en que desde luego son importantes las certificaciones y la calidad, pero también el pragmatismo, los egresados tienen que encontrar empleo acorde a su vocación, formación y capacidades, pero además en condiciones justas.

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Quien ha resultado una buena sorpresa es el Comisionado de Seguridad Federico Fernández Montañez.

Cuando fue designado por el Cabildo en ese cargo, poco se conocía de su trayectoria y alcances, pero en estos meses ha destacado por su sensibilidad y por una gestión accesible y abierta.

Fernández no solo accede sino que acude al diálogo cuando algún sector muestra inquietud por la incidencia delictiva, busca soluciones con los vecinos y, con todos sus mandos, facilita vías inmediatas de comunicación, tan simples como los grupos de whatsapp, para atender denuncias, sugerencias, quejas.

Cierto que se necesitan corporaciones profesionales, honestas, certificadas, evaluadas, depuradas, pero también mandos accesibles. Como los de antes, así eran Luis De La Rosa, Enrique Pérez Espinoza, y hasta Pedro Manuel Cámara, con todo y su rigidez por la formación militar. Las cosas cambiaron cuando empezaron a llegar los Federales de Caminos y los abogados que presumían sus cursos en Quantico, pero que ni daban resultados, ni escuchaban a la población, pero sí se fueron con las alforjas llenas.