PLAZA CÍVICA

FERNANDO NÚÑEZ DE LA GARZA EVIA 

Los millennials mexicanos y las elecciones 2018 

Las elecciones que están por celebrarse serán históricas por diversas razones, ya sea por su magnitud o el inicio de la reelección. Sin embargo, hay una tercera razón que las hará verdaderamente únicas, y es la cantidad de jóvenes que acudirán a las urnas, la totalidad de la llamada “generación millennial” mexicana. Y a estas alturas, los jóvenes mexicanos ya tienen/tenemos algunas tendencias políticas claras.

Los millennials son individuos nacidos básicamente entre 1980 – 2000, una generación que empieza a acariciar los puestos de liderazgo. Si generaciones pasadas fueron definidas por depresiones económicas, conflagraciones mundiales y crecimiento económico (entre otras), los millennials serán definidos fundamentalmente por dos importantes acontecimientos: la Gran Recesión de 2009 y la globalización. El primer evento ha traído oportunidades económicas perdidas, y el segundo ha ocasionado aumento en la riqueza, acrecentada desigualdad y mayor consciencia nacional (el fallecido politólogo Samuel Huntington diría que la globalización traería un fortalecimiento de las identidades nacionales al estar los países en mayor contacto con otras culturas).

Se dice que los millennials son una generación vanidosa (redes sociales),  floja (por la riqueza acumulada de sus padres) y autocomplaciente; algunos nos llaman la generación del “yo, yo, yo”. Lo seguro es que será le generación más preparada en la historia humana, que tendrá muchas expectativas, y que muy probablemente no podrán ser satisfechas por las coyunturas comentadas. Lo anterior comienza a revelar algunos rasgos generacionales: la tendencia hacia lo anti-sistema, el autoritarismo, el nacionalismo. El primer millennial en liderar un país, el primer ministro austriaco Sebastian Kurz (31 años) pertenece al tradicional partido conservador y formó gobierno con un partido con raíces nazis; los partidos de extrema derecha/izquierda en diversos países europeos tienen una importante base de voto en los jóvenes y, recordemos, Emmanuel Macron fue la tercera opción entre los millennials franceses (antes votaron por Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon). Igualmente, ante sus ojos la democracia pierde encanto y aumenta el autoritarismo como opción válida (ver la Encuesta Mundial de Valores); el mismo fenómeno ocurre en algunas partes de Asia. Neil Howe, reconocido historiador y estudioso de cambios generacionales, comenta: “…la generación millennial en todo el mundo es un partidismo menos convencional que un alejamiento del centro liberal y democrático. Además, su objetivo es diferente al de sus propios padres (Boomer y Xer) en su juventud. No quieren destrozar el sistema y liberar al individuo. Quieren reconstruir y fortalecer el sistema para que pueda proteger y cuidar al individuo”.

En México, los millennials componen alrededor del 40% del padrón electoral y claramente se inclinan por el candidato con las tendencias más anti-sistema, autoritarias y nacionalistas: Andrés Manuel López Obrador. La reciente encuesta del periódico Reforma es clara: las intenciones de voto para AMLO son más elevadas entre jóvenes y universitarios (43% entre las personas de 18 a 29 años; 38% entre aquéllos de 30 a 49 años; 43% entre quienes tienen estudios de preparatoria, y 50% con estudios universitarios). Si solo en lo que va del sexenio han caído los salarios de los mexicanos con licenciatura en un 20%, y en aquéllos con posgrado en un 28% (fuente: UIA), con el agregado de que tienes en el poder al “sistema”, es decir, a un partido de antaño que fue incapaz de reinventarse, a una generación nueva de priistas que resultaron más podridos que sus antecesores, y a un Presidente con las formas acartonadas del pasado, entonces las preferencias se explican solas.

Los políticos tienen y tendrán el gran reto de satisfacer a una generación de gran preparación, con enorme consciencia, y grandes expectativas. Los millennials tienen razón en su idea de lo que debería ser, pero el contexto actual los ha orillado al hartazgo, a votar por opciones extremas. Y parece ser que México no será la excepción.

 

www.plaza-civica.com          @FernandoNGE