PARADIGMAS Y RETOS

ARCELIA AYUP SILVETI

PARADIGMAS Y RETOS

Sudor en las manos, sensación de mareo, sed, fuertes pulsaciones y ganas de salir corriendo eran algunos de los síntomas de mi querido Hernán Jiménez. Eran infalibles antes de subirse al avión. Incluso, en sus viajes largos, tomaba pastillas para dormir, para evitar la sensación de estar a mil pies de altura. Evitaba a toda costa ir solo, si lo separaban de su compañero de viaje, cambiaba el asiento con la persona que iba al lado. No importaba si había un pasillo de por medio, necesitaba sentir una presencia cercana al lado.

Viajamos juntos varias veces y cuando el avión empezaba a despegar, me tomaba fuerte de las manos, y apretaba los ojos. Se acercaba mucho a mí, como apaciguando su mente y sus miedos. Una vez estabilizado el aeroplano, mi amigo podía observar las nubes y cómo se alejaban las casas diminutas, descubría los edificios emblemáticos de la Ciudad de México (CDMX), y se sorprendía de cómo se veían diminutos los autos.

Todo fluía con tranquilidad, hasta que se acercaba el momento de aterrizar. Los síntomas enumerados al principio volvían a aparecer de manera casi inmediata. Me comentó que el ruido de las turbinas incrementaba su temor a las alturas. Me contó hace tiempo que no cambiaba nada de lo que sentía. Se presentaban los mismos temores ante la misma circunstancia.

Hace días me comentó que voló a la CDMX. Iba tranquilo, y por primera vez, no pidió cambiar su asiento para viajar al lado de su acompañante. Se mantuvo firme y sereno entre dos desconocidos. Afirmó que le fue muy bien, que no sintió miedo y alejó los pensamientos negativos que generalmente acarreaba para estos casos.

Hace días me llamó muy contento para platicarme lo anterior. Desconozco si fue de manera consciente o inconsciente, pero soltó el miedo y tomó el poder para sí mismo. El pánico se disolvió, como pastilla efervescente. Me dijo: «estoy feliz, por primera vez en muchos años, me tocó un vuelo apacible”. Hernán desconoce que todos los viajes que hizo anteriormente fueron iguales de tranquilos. No sabe que lo que ha evolucionado, quien ha roto paradigmas y tomado nuevos retos es él mismo.

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