CAPITALES

FRANCISCO TREVIÑO AGUIRRE

COMO CUANDO ERA FELIZ Y NO ME DABA CUENTA

Algunos de ellos son superhéroes con poderes inimaginables. Otros son deportistas de clase mundial que humillarían en el campo al mismo Lionel Messi ó a Cristiano Ronaldo. Algunos otros son los mejores cantantes del mundo, quienes llenan los más grandes escenarios. Son esos pequeños seres que nos hacen recordar cuando éramos felices, y no nos dábamos cuenta: los niños. De acuerdo a información del INEGI, en México hay 39.2 millones de niñas y niños de 0 a 17 años lo que representa el 32.8 por ciento de la población total. Chiapas, Guerrero y Aguascalientes son las entidades donde hay un mayor número de menores, mientras que Ciudad de México, Yucatán y Nuevo León es donde hay menos niños y jóvenes. Por desgracia, el 44 por ciento de los niños de nuestro país tienen carencia alimentaria y 1 de cada 10 no asiste a la escuela. Otro dato importante que vale la pena mencionar es que 8 de cada 100 niños y adolescentes trabajan, y una cifra escalofriante es que de ese total, el 14 por ciento tienen entre 5 y 11 años de edad. La obligación de los niños es ser felices y disfrutar esa etapa de la vida. Por lo tanto, nos corresponde a los adultos crear las condiciones para que esto se lleve a cabo. No es posible que en pleno siglo 21, existan comunidades donde los menores crecen sin la posibilidad de aprender a leer y escribir viviendo en situaciones realmente precarias. Es ahí donde los programas de Gobierno deben de enfocarse. Hemos comentando en otras ocasiones que no estamos de acuerdo en los gobiernos lleven a cabo programas de asistencia social donde lejos de ser una solución pasajera a una situación que pudiera ser temporal, se continúe apoyando a gente que pudiendo ejercer alguna actividad para recibir una remuneración económica, viva de la asistencia que el gobierno le da periódicamente. Estas prácticas populistas en vez de ser una solución a la situación de pobreza, generan mayores dependientes que al recibir una asistencia por no hacer absolutamente nada, cada vez serán más. Hoy por hoy, se deben de crear más programas que permitan a los menores de edad contar con las posibilidades de estudiar y de seguir disfrutando de su niñez. Se deben de ejecutar acciones para que los niños tengan más oportunidades de estudiar y de desarrollar actividades que les permitan disfrutar de esa etapa de la vida. Que quienes los exploten o abusen de ellos, reciban una sanción ejemplar similar a lo que El “Bronco” sugiere para aquellos que roban. No es posible que los adultos les roben a los menores la etapa más maravillosa de la vida. Dejemos a los niños seguir siendo niños, que sueñen en grande, que en ese pequeño mundo de fantasías, nos sigan diciendo a los adultos que con pasión y esfuerzo, los sueños pueden hacerse realidad. “Las personas grandes nunca comprenden nada por si solas, y es muy aburrido para los niños tener que darles explicaciones una y otra vez”.