California desafía a Donald Trump

El debate por las políticas migratorias en Estados Unidos tiene al presidente Donald Trump (republicano) y al estado de California (demócrata) enfrascados en un conflicto que sigue en ascenso, compartió El Heraldo de México.

Ayer, el mandatario criticó la condición de California como “estado santuario” para la inmigración, y señaló que la entidad permite que “miles de extranjeros criminales” pongan en peligro a todo Estados Unidos.

En medio del inicio del despliegue de elementos de la Guardia Nacional en la frontera, California junto con Nuevo México no le han dado el sí a Trump en su deseo de reforzar los límites con México, a falta de su prometido muro.

De hecho, el presidente emérito del Senado de California, Kevin de León, ha pedido al gobernador del estado, Jerry Brown Jr., rechazar la propuesta de Trump de enviar tropas a la frontera.

En su discurso semanal difundido ayer, y en una escalada en la controversia entre el gobierno federal estadunidense y las autoridades estatales, Trump expresó que la condición de santuario de California viola además la Constitución, al impedir el cumplimiento de las leyes federales.

Crearon “una zona sin fronteras, donde miles de extranjeros criminales pueden caminar libremente, una situación muy, muy peligrosa, inaceptable para todos. Sus acciones no sólo ponen en peligro a la gente de California, sino la seguridad de la nación entera”, aseguró.

California, el estado más rico y poblado del país, es bastión de los demócratas y un fuerte enemigo de las políticas de Trump. De hecho, desde que Trump asumió la Presidencia, California ha presentado 29 demandas por migración, medio ambiente y derecho al voto.

El mes pasado, el asambleísta californiano Phil Ting propuso una ley para negar beneficios fiscales a las compañías que participen en la construcción del muro fronterizo. De esa manera, las compañías de California perderían exenciones de impuestos en rubros como la contratación de nuevos
empleados.

California también interpuso recientemente una demanda contra el gobierno federal, luego que la administración Trump pretende incluir en el Censo de 2020 una pregunta sobre la ciudadanía de los consultados.

La semana pasada, el Presidente condenó que el gobernador californiano, Jerry Brown, le otorgó el indulto a cinco inmigrantes con antecedentes penales que enfrentaban la deportación, con motivo de las Pascuas.

Ayer, Trump acusó que la condición de santuario de California “obliga a liberar a miles de extranjeros criminales de cárceles y prisiones”, y sostuvo que entre los criminales liberados se encuentran “traficantes y vendedores de drogas, responsables de innumerables muertes de estadounidenses”.

El presidente subrayó que, no obstante, el condado californiano de Orange se había unido a la demanda interpuesta el mes pasado por el gobierno federal contra California, a fin de terminar su estatus como santuario, y llamó a otras comunidades “sitiadas por drogas, pandillas y violencia” a apoyar tal acción.

Pidió al Congreso cerrar las lagunas en torno a las leyes de migración, y acusó a los demócratas de hacer todo lo posible para evitar las labores de las autoridades fronterizas y para “alentar la migración ilegal”.

Trump usó ayer su Twitter para justificar la militarización de la frontera: “Estamos sellando nuestra Frontera Sur. La gente de nuestro gran país quiere seguridad y protección. ¡Los demócratas han sido un desastre en este tema tan importante!”

Este sábado, Texas desplegó 250 militares en su tramo de frontera por orden de su gobernador, Greg Abbott. Arizona enviará a 150 en los próximos días.

Aunque no son estados fronterizos, los gobernadores de Nevada, Montana y Oregon han externado su rechazo al despliegue de soldados. (EL HERALDO DE MÉXICO)