Caro Quintero, uno de los narcotraficantes más buscados por la DEA pide que lo dejen en paz

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 ANABEL HERNÁNDEZ   | THE HUFFINGTON POST

Mazatlán, México – Es justo antes de las 8 p.m., pero en las montañas de la Sierra Madre al sur de El Paso, la oscuridad es casi total, a excepción de una única luz que ilumina una pequeña casa.

Hemos pasado las últimas 12 horas atravesando en automóvil la principal zona de producción de heroína en México, donde miles de toneladas de amapola se cosechan y procesan cada año antes de enviarse en contrabando a Estados Unidos. En la cima de la montaña la vista desde la modesta casa es espectacular.

Sin embargo, es poco probable que la persona a la que he venido a ver: Rafael Caro Quintero, alias el Príncipe, pueda disfrutar del paisaje. Caro Quintero es un hombre en fuga.

La página web de The Huffington Post publicó que, perseguido por autoridades mexicanas y estadounidenses, nunca duerme en el mismo lugar dos veces. Su cama es un saco de dormir, su techo es el lienzo de una tienda de campaña. Durante el día se mueve a través de las montañas como un fantasma, con su vista perpetuamente clavada en el cielo, para poder detectar los drones que buscan signos de vida en las impenetrables montañas.

La Agencia Antidrogas de EU (DEA, por sus siglas en inglés) cree que él, junto con Ismael el Mayo Zambada, es el líder del Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones de tráfico de drogas más grande y poderosa del mundo, con tentáculos que se extienden por toda América y hasta Europa, Asia y África.

También creen en la DEA que Caro Quintero es un asesino que, incluso después de haber pasado casi tres décadas en prisión, aún no ha pagado completamente por sus crímenes: la tortura y el asesinato de un agente encubierto estadounidense y un piloto mexicano.

Como periodista, he pasado los últimos 13 años de mi vida buscando a los líderes de los cárteles de la droga, cuyo sangriento negocio ha moldeado la vida en México durante años. Casi 250 mil personas han muerto en las guerras de la droga durante la última década, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía del país. Y esas son solo las víctimas confirmadas. Al menos otras 34 mil 201 personas han desaparecido.

Durante mis investigaciones sobre el narcotráfico en México, he hecho viajes frecuentes al Triángulo Dorado, con el fin de entender cómo los hijos de agricultores que a menudo no saben leer ni escribir —como Joaquín el Chapo Guzmán, Rubén el Mencho Oseguera Cervantes y el Príncipe Caro Quintero— llegan a convertirse en líderes de redes delictivas que generan miles de millones de dólares en ganancias.

Ahora, después de meses de tratar de persuadir a Caro Quintero a través de intermediarios, he venido a esta casa para encontrarme con el hombre que encabeza la lista de los «más buscados» de la DEA. Mi intención es tener una mejor comprensión de la vida de este hombre al que el Departamento de Justicia de Estados Unidos está tan ansioso de atrapar que está ofreciendo una recompensa de 5 millones de dólares por su captura.

Una vez dentro de la casa, me conducen a un dormitorio. La luz se apaga de repente. El Príncipe ha llegado. (THE HUFFINGTON POST)

 

Puedes leer la entrevista completa en: https://www.huffingtonpost.com.mx/2018/04/04/caro-quintero-uno-de-los-narcotraficantes-mas-buscados-por-la-dea-pide-que-lo-dejen-en-paz_a_23402055/