¿Es el mercado de trabajo un factor de la violencia?

“Vamos hacia un mundo al revés: se ha usado a la política social como un instrumento electoral y al salario mínimo como un instrumento para mantener a raya la inflación”, lamentó la asesora del Consejo Académico del PUED-UNAM. (Foto: Anayansin Inzunza). 

 “La violencia se ha extendido y diversificado a otras regiones, tanto a ciudades como a pequeños poblados en áreas rurales; el fenómeno de creación y destrucción rápida de empleos se ha dado ahora en las zonas petroleras”, dijo Norma Samaniego.

El brote de violencia que actualmente agobia la población mexicana y que se ha ido extendiendo paulatinamente, no surgió en los estados más pobres del país. En la frontera norte, el explosivo crecimiento del empleo en la maquila entre 1995 y 2000 se revirtió abruptamente durante la década pasada, especialmente en la crisis de 2008 a 2009.

Así lo informó Norma Samaniego Breach, asesora del Consejo Académico del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de México (PUED-UNAM), durante la conferencia “¿Es el mercado de trabajo un factor de la violencia?” que dictó en el Centro Tepoztlán Víctor Urquidi A.C.

“De los 11 municipios grandes que registraron las caídas más acentuadas de empleo formal en la crisis 2008-2009, la mayoría se encontraba en la frontera norte. Fueron estas ciudades donde problemas sociales como la criminalidad y el consumo de drogas se exacerbaron.

“A esto se agrega que ha habido un ambiente facilitador, un elevado índice de impunidad que hace que el costo del delinquir sea muy bajo, hay una proliferación de oportunidades de acceso a las actividades ilícitas, hay una desorganización social de los entornos urbanos muy grave, una frustración derivada de la tensión social”, detalló durante la exposición la consultora e investigadora en temas de mercado de trabajo.

El ambiente facilitador para que el mercado laboral sea vulnerable a un clima de violencia incluye el elevado índice de impunidad -que hace que el costo de delinquir sea muy bajo-, la proliferación de oportunidades de acceso a las actividades ilícitas que prometen altos ingresos, la desorganización social de entornos urbanos y la frustración derivada de la tensión social de jóvenes ante expectativas que no tienen posibilidad de realizar.

Recientemente en nuestro país, “la violencia se ha extendido y diversificado a otras regiones, tanto a ciudades como a pequeños poblados en áreas rurales; el fenómeno de creación y destrucción rápida de empleos se ha dado ahora en las zonas petroleras; en los últimos cinco años, las entidades con mayores pérdidas abruptas de empleo han sido Tamaulipas, Veracruz, Campeche, Tabasco y Guerrero, que también han sido invadidas por la inseguridad y el crimen”.

Respecto a las zonas petroleras, de noviembre de 2012 a octubre de 2017, el número de asegurados fue de 19.7 por ciento menos en Campeche, menos 9 por ciento en Tabasco y menos 2.2 por ciento en Veracruz.

“En los últimos cinco años han tenido caídas absolutas en sus niveles de empleo, estamos viendo un fenómeno muy similar al que vimos en la frontera, pero ahora lo estamos viendo en las zonas petroleras”, explicó la exsecretaria de Contraloría y Desarrollo Administrativo.

Si el problema de la caída del empleo se junta con la impunidad y con el desfase del bono demográfico no aprovechado, se convierte en una situación muy seria y compleja que requiere de un abordaje multidimensional, advirtió la especialista en planeación económica por el Instituto de Estudios Sociales de Holanda.

“Se ha utilizado al empleo y al salario como un instrumento de política financiera. Si ustedes leen los últimos informes del Banco de México, hay unos párrafos dramáticos que muestran que ha venido cayendo la masa salarial -que es el conjunto de los salarios que perciben todas las personas empleadas- y uno pensaría que es muy grave, pero hay quienes estiman que es un factor positivo porque esto significa que hay factores de holgura para que la inflación no suba.

“Vamos hacia un mundo al revés: se ha usado a la política social como un instrumento electoral y al salario mínimo como un instrumento para mantener a raya la inflación”, lamentó la exsubsecretaria de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.

Entre las reflexiones finales, la economista dijo que el binomio afectación del mercado laboral y la violencia que se vive en el país es resultado de unconjunto de fallas simultáneas, por ejemplo, en un accidente aéreo, hay una concatenación de factores, que, de manera aislada no suelen ser fatales, pero cuando convergen, pueden dar lugar a una tragedia.

La charla de la licenciada Norma Samaniego Breach formó parte del Coloquio “La política social ante las nuevas realidades y el futuro de México”, del Seminario Desarrollo para la Sustentabilidad, organizado por el Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi A.C. con el apoyo de El Colegio de México y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico. (FORO CONSULTIVO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO, AC)