A LA BÁSCULA

JULIÁN PARRA IBARRA 

Campañas de un semestre 

De acuerdo con el calendario electoral establecido por el Instituto Nacional Electoral (INE), el proceso electoral mediante el cual los mexicanos elegiremos a nuestro próximo presidente de la República, está dividido en tres partes: las precampañas, que duraron del 14 de diciembre al 11 de febrero; el intercampañas, del 12 de febrero al 29 de marzo; y las campañas, del 30 de marzo al 28 de junio.

En los hechos, no hay una línea divisoria entre cada una de las etapas, o al menos el ciudadano común y corriente no lo percibe de esa manera; para el ciudadano de a pie las campañas electorales empiezan a partir de que inicia el bombardeo de los spots promocionales de candidatos y partidos en radio y televisión, lo que ocurrió a partir del 14 de diciembre, y no ha parado –y no va a parar- sino hasta el 28 de junio.

De tal forma, para ‘Juan Pueblo’ en nuestro país se realiza una ‘supercampaña’ de 197 días, es decir, seis meses y medio, con todo y que políticos, partidos y autoridades electorales nos quieran imponer la idea de que las campañas tienen una duración de tres meses, ya que las otras fases son precampañas e intercampañas.

En su momento, se consideró que en nuestro país las campañas eran muy largas, tediosas y costosas. Se dijo entonces que se acortarían los tiempos para disminuir los costos, entraron en vigor algunas restricciones ¿Se acuerda usted cuando en tiempos de campaña nos tapizaban las calles de las ciudades de propaganda política? Invadían toda la infraestructura urbana, se apropiaban de postes, arbotantes, puentes y hasta de árboles o cualquier otro objeto del cual pudieran colgar sus banderines, lonas y pendones, y al fin del proceso nos dejaban toneladas de basura electoral.

Pero todo fue un engaño, porque se inventaron después las precampañas que antes no existían, y luego crearon la figura de las intercampañas, y para bajar los costos impusieron ‘voluntariamente a huevo’ a los radiodifusores del país la transmisión de todos los spots que a todos nos tienen ya hasta el copete, y que además se tienen que emitir sin ningún costo, de manera gratuita.

Total, que la basura electoral con la que tapizaban las ciudades, nos la trasladaron a basura visual y auditiva, y de cualquier forma los ciudadanos nos la tenemos que tragar, igual que cuando la propaganda se colgaba en las calles, que restaban visibilidad a las ciudades y que hasta interferían con las luces de los semáforos.

Como son los partidos vía sus representantes en las cámaras de diputados y senadores los que redactan, diseñan, legislan y aprueban las leyes que nos rigen en este país, entre ellas la electoral, acomodan las piezas siempre a su antojo. Así, decidieron incorporar las figuras de precampaña e intercampaña que antes no existían, para de esta forma en su suma, alcanzar campañas de seis meses y medio.

Se supone, pero sólo se supone, que las precampañas son el periodo en el que en los partidos, alianzas o coaliciones en los que haya más de un aspirante a una candidatura, puedan realizar campañas al interior de sus institutos políticos para definir de entre los dos o más registrados a su abanderado para la contienda constitucional. En este proceso ninguno de los tres candidatos de partidos tuvo contendientes al interior de sus alianzas, pero aun así utilizaron los tiempos, pero sobre todo los recursos económicos que salen del bolsillo de todos los ciudadanos, y que les son asignados por el INE.

También se supone, pero sólo se supone, que el intercampañas es un periodo de silencio, tiempo de reflexión en el que los candidatos no pueden tener exposición ante los medios, ni organizar mítines ni reuniones masivas en las que soliciten el voto. Sin embargo, en la realidad es cuando los candidatos de partidos han tenido la mayor exposición ante los medios de comunicación, y cuando se ha aprovechado para intensificar la guerra de lodo para terminar por convertir la arena política de México, en un auténtico estercolero.

Aunque dudo mucho que lo hagan porque en este país se legisla solamente para beneficiar a la clase política, se debería promover la eliminación de las fases establecidas actualmente y dejar un solo periodo: las campañas, como era antes, pero que jamás pueda ser de los seis meses y medio como ahora sucede.

¿Para qué o de qué han servido para los ciudadanos el periodo de intercampañas? Para nada, solo para que candidatos y partidos intensifiquen su guerra sucia ¿O usted hasta ahora ha escuchado propuestas serias y viables de alguno de los aspirantes? Y lo que nos falta.

 

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@JulianParraIba