MESON DE SAN ANTONIO

ALFONSO VÁZQUEZ SOTELO

¿Qué será más frecuente, sentirse  menos o más?

Creo que es una pregunta de escándalo, pues tiene muchas bordes que comentar. Sentir las ínfulas de una persona que se siente más que otras resulta molesto. Gritan, llegan ocupando espacios que no les corresponden, empujan, hacen gestos, resoplan, todo se convierte en vértigo, desacomodan el orden, crean el caos; todo por ganar un mísero lugar o un servicio con preferencia.

Ellos no tienen consideración por el otro, su propia vestimenta resulta ostentosa y agreden con su voz levantándola a decibles como anunciando su condición.

Alguien me ha dicho que en verdad un sentimiento de superioridad es al final uno de inferioridad camuflado con ese espíritu de patrón en caballo, con látigo y espuelas rechinantes. No es tanto la acción, sino el modito lo que molesta.

En suma, se vuelven un tormento y curiosamente en momentos en que uno lleva más prisa.

-Señorita, ¿a qué hora llega el médico de las cuatro? pues casi son las seis de la tarde, dos horas de espera.

-Espere su turno.

-Mi turno ya pasó pero el doctor no llega aún.

-¡Saque otra ficha!

-Pero si llevamos tanto tiempo.

-Espere que está en cirugía.

-Me hubiera dicho eso hace dos horas.

-No tengo obligación.

-Claro que sí tiene.

Un desaire viene, la sangre me hierve.

¿En dónde está la superioridad? en el punto de estar en un mostrador y sentirse más que el usuario, paciente (impaciente) el cliente.

¿Podrás resistir el humor tan espeso de un guardia privado de seguridad en el aeropuerto que se siente hecho a mano? Tienen a tu merced tu viaje; te dice, sus cosas en la banda. No lleva ningún artículo prohibido, no lleva computadora o laptop separados, cartera, lentes, cinto; espere, pase de nuevo. Pero ¿por qué? no hay razón, sólo otra vez la indicación pase de nuevo. Oye no, ¿me explicas por qué debo pasar de nuevo? El siguiente, ¿tiene un jefe guardia descortés? El siguiente, oye te estoy hablando, estúpido.

Para entonces viene un supervisor, le explicas esa situación y te pide el boleto de vuelo, porque para levantar un incidente, desde luego que no puedo atenderlo entonces, el coraje se te sube y baja y vuelve la cordura, déjalo así, ellos se ríen socarronamente, esa ironía lastima como nunca. Entones corres a ver si no has perdido el vuelo.

Samuel Johnson afirma  que: «La arrogancia no es delicada es la complacencia de sí mismo tomando ventaja de los demás”, sé lo que sea, uno viene en el vuelo hurgando aún en el pensamiento y evacuando el coraje. Recuerde que la autoestima está relacionada con lo que uno piensa acerca de sí mismo, no con lo que los demás piensan de mí. ¿Qué piensan los demás de mí?

Es una buena pregunta ya que de mí mismo poco sé. En términos generales los arrogantes son inseguros; esta inseguridad se manifiesta denigrando a los demás para poder sentirse bien acerca de ellos mismos.

Los sufrimos, sí, y ¿qué hacer?, creo que revelarse a  esa actitud, firmes contra ese estado de cosas soberbias, arbitrarias que corrompen mínimo la urbanidad de nuestros espacio. Una persona arrogante piensa que siempre tiene la razón y los demás están equivocados. Eso es difícil de creer ya que en ocasiones es tan evidente la falla que resulta grotesco su desenlace.

Pero caemos a las preguntas prácticas   ¿yo soy poderoso, los demás no lo son?,  ¿yo soy hermosa, los demás no lo son?

Estamos en el filo de la arrogancia y la autoestima  ¿serán cosas distintas?

Claro que sí, la autoestima nada tiene que ver con la arrogancia. Recordemos que la autoestima es un proceso interno de sentirnos bien acerca de nosotros mismos, no está vinculada con esa arrogancia.

El arrogante se siente superior y se preocupa en extremo de qué piensan los demás de él. Las personas con baja estima son arrogantes porque no se sienten cómodos con ellos mismos. Si tienes una salud buena te sentirás cómodo contigo mismo. Los inseguros usan un mecanismo compensatorio denigrando a los demás para poder sentirse bien. ¡Alto! No permitamos esas manifestaciones y menos que nos lesionen.

¿Dónde se darán más estas manifestaciones? Creo que en todos los ámbitos pues es tan democrática la manifestación que en cualquier sito aparece. Cuídenos este campo de la dignidad y del bienestar nuestro.

¿Usted qué piensa estimado lector?

 

 

Autor

Alfonso Vazquez Sotelo