¿CÓMO SERÍA?

ARCELIA AYUP SILVETI

¿CÓMO SERÍA?

Me halaga muchísimo que me pregunten qué libros recomiendo leer. Con motivo del reto de Lobos Lectores de la UAdeC, algunos amigos y familiares se apuntaron a seguirlo. Cada uno a su ritmo, respetando gustos o necesidades, están avanzando en este propósito. Les comenté que lo más importante es tomar la disciplina y hacer una breve sinópsis de cada una de nuestras lecturas para tenerlo como futuras referencias.

En lo personal, tengo un formato muy sencillo que me es muy útil. Se los compartí, por si les podía servir, pero con la aclaración de tener absoluta libertad de escribirlo en donde deseen, en una servilleta, en un cuaderno, o en la computadora. El compromiso es solo personal, no hay maestros, sanciones ni premios.

Hace poco un amigo que radica en Saltillo y que también está en el reto, me reclamó que mis lecturas son breves y que él está leyendo uno de casi setecientos páginas. En mi defensa, le comenté que por ahora, estoy recurriendo a cuentos infantiles, porque trabajo en ese género. Debo leer muchos libros para estudiar y analizar fondo y forma de cada uno de ellos, también saber si hay elementos entre líneas, observar el manejo de los diálogos, la estructura del lenguaje y la composición de los dibujos. De cualquier forma, creo que no lo convencí del todo y siguió rumiando sobre sus quinientos páginas aún pendientes.

Con mucho gusto comparto que la semana pasada que presenté en Saltillo el libro reciente de Chuy Salas, algunas amigas me preguntaron que si podía entrar para el texto de febrero, en su reto de una lectura mensual. Otra amiga también de Saltillo, me comentó que el próximo año escogerá sus lecturas por géneros.

Parafraseando a Mario Benedetti, en su extraordinario poema “¿Qué pasaría?” ¿Cómo sería este país si nos volviéramos lectores? ¿Cómo sería Coahuila si elevara el nivel de lectura de los mexicanos? ¿Cómo sería si los jóvenes equilibraran la academia con esparcimiento y cultura? ¿Cómo sería si perdonaramos como niños? ¿Cómo sería si alimentaramos el ser sobre el tener? ¿Cómo sería si fuéramos incluyentes y empáticos?

biznagaas@hotmail.com