El incierto futuro de la niña madre de 11 años, de su hermano de 14 y del bebé de ambos

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El hermano de la niña habría abusado sexualmente de ella con 13 años, por lo que sería inimputable. Los Servicios Sociales podrían quitar la guardia y custodia de ambos menores a los abuelos del bebé.

Giro inesperado -a la vez que asombroso- en el caso de la niña de 11 años que ha dado a luz en Murcia: el padre del bebé, de tan sólo 14 años, es el propio hermano de la madre. A falta de las pruebas de ADN que confirmen esta principal hipótesis, el chico habría abusado sexualmente de su hermana menor cuando tenía 13 años, edad que le convierte en inimputable. Con esta novedad, lo siguiente en conocer son los escenarios que se plantean para cada uno de los implicados. ¿Qué pasará con el recién nacido? ¿Y con la madre de 11 años? ¿Qué le espera a su vez al hermano y padre del bebé?

De acuerdo a información publicada en el diario digital El Español, el pasado viernes 2 de febrero, la menor ingresaba en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia con fuertes dolores abdominales. En un primer momento se temió que sufriera alguna dolencia estomacal de gravedad. No obstante, al llegar al hospital, los facultativos descartaron esta posibilidad y confirmaron que la menor estaba de parto. Tanto la familia como la madre negaron conocer el estado de embarazo de la chica. La Jefatura Superior de Policía ha abierto la investigación pertinente, que seguirá su curso durante los próximos días, y que ya ha señalado al hermano de la niña, también menor de edad, como padre de la criatura.

Ante la gravedad de la situación, y según los expertos en la materia consultados por EL ESPAÑOL, los escenarios que se abren para las partes implicadas en el suceso son los siguientes.

En el caso de los padres de la chica –abuelos del recién nacido-, el protocolo de protección de menores activado por la Comunidad Autónoma ha supuesto la apertura de expediente por si existieran indicios de desamparo y responsabilidad de los padres. Si la hubiera, lo habitual sería que los Servicios Sociales les quitasen la guardia y custodia de ambos menores. Esto responde al hecho de que ninguno de los dos ejerciese sus deberes como responsables de sus hijos, hasta el punto de no estar al tanto del estado de la menor en ningún momento, tal y como ellos mismos aseguraron al personal médico que les atendió.

Por tanto, los progenitores habrían incurrido en negligencia en el cuidado de sus hijos, al no haber tomado medidas, o no haberles atendido lo suficiente como para evitar o conocer el supuesto incesto y agresión sexual que se habría producido, además de no haber prestado la atención suficiente a la menor como para percatarse de su estado de embarazo.

Por su parte, la madre del bebé -de 11 años- pasaría a ingresar en un centro de protección de menores –acogimiento residencial en pisos tutelados-, en el que permanecería el tiempo que estipulen los Servicios Sociales, el cual depende de las características de cada caso. Podría permanecer en este centro hasta los 18 años, o hasta que mejorase la situación de la familia.

La inspección educativa se puso en contacto con el centro educativo de la menor para ofrecer atención educativa en su domicilio por razones de salud. La inspección también prestará asesoramiento al centro educativo en aquello que precise.

EL PADRE, CON 13 AÑOS, INIMPUTABLE

En el caso del padre de la criatura, hermano de la chica, cabe destacar, según los expertos, que de acuerdo a la nueva reforma del Código Penal, una menor de 16 años no puede consentir una relación sexual, por lo que el chico habría cometido un delito. El Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca comunicó el hecho al Juzgado y al forense de guardia, emitiendo un parte por el presunto delito de abuso sexual.

No obstante, al tener 13 años en el momento en que habría sucedido la agresión sexual, carecería entonces de responsabilidad penal y sería por tanto, al igual que su hermana, ingresaría en un centro de protección de menores.

En cuanto al bebé, tras la valoración pertinente del caso concreto por parte de los Servicios Sociales, cabrían dos posibilidades. Bien ingresaría en el centro de menores con su madre, o bien sería dado en adopción a una familia de acogida.

En este segundo escenario, el bebé permanecería bajo la protección de la nueva familia hasta que mejorase la situación de su madre biológica. Según los expertos consultados, la adopción solo se contemplaría en caso de que fuese decisión de la propia madre. (EL ESPAÑOL)