ACNUR presenta borrador que esboza un nuevo acuerdo mundial sobre refugiados

(Xinhua/Anthi Pazianou)

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, presentó un “borrador cero” del Pacto Mundial sobre Refugiados de cara a las discusiones formales con los Estados Miembros de la ONU, a iniciarse el 13 de febrero de 2018.

Mientras continúa aumentando el número de personas obligadas a huir de sus hogares, el Pacto busca cambiar la forma en la que la comunidad internacional da respuesta a las crisis de refugiados.

Este está diseñado para abordar el perenne vacío en el sistema internacional para la protección de las personas refugiadas a través de un apoyo más predecible y equitativo para los países y las comunidades de acogida.

“Con niveles de desplazamiento forzado sin precedentes, necesitamos un nuevo acuerdo sobre cómo manejamos las situaciones de refugiados a nivel mundial”, dijo el Alto Comisionado Auxiliar para la Protección del ACNUR, Volker Türk.

“El Pacto incorpora un nuevo enfoque donde los principales países de acogida, que generalmente se encuentran entre los más pobres del mundo, obtienen el apoyo sólido y sostenido que tanto necesitan, y los refugiados pueden contribuir a su propio futuro y las comunidades en las que viven”.

La Asamblea General de la ONU encomendó al ACNUR la tarea de desarrollar un Pacto Mundial sobre Refugiados en la histórica Declaración de Nueva York para los Refugiados y Migrantes, del 19 de septiembre de 2016. En esta, 193 gobiernos se comprometieron a forjar un sistema mundial más justo.

“Necesitamos un nuevo acuerdo sobre cómo manejamos las situaciones de refugiados a nivel mundial”.

El Pacto espera atraer a una variedad más amplia de partes interesadas para ayudar a los países de acogida a gestionar la respuesta para las situaciones de refugiados, incluyendo al sector privado, las agencias de desarrollo, las instituciones financieras y los propios refugiados.

Este Pacto se aleja de las prácticas anteriores, en las que los refugiados vivían en campamentos y recibían servicios paralelos, y en su lugar pretende invertir en sistemas nacionales de salud y educación, de modo que las comunidades de acogida, y los refugiados que viven entre ellos, se beneficien de igual forma. Igualmente, se basa en el reconocimiento de que los refugiados que pueden continuar aprendiendo, desarrollando sus habilidades y manteniendo a sus familias en el exilio, están en mejores condiciones para reconstruir sus vidas en otro lugar o en sus lugares de origen, cuando las condiciones son las adecuadas.

El borrador del Pacto incluye el Marco de Respuesta Integral para los Refugiados (CRRF), establecido en el Anexo 1 de la Declaración de Nueva York, y un programa de acción que ayuda a traducir las políticas en prácticas para mejorar, por ejemplo, el acceso de los refugiados a la educación, los medios de vida, los sistemas de registro civil, los servicios financieros y la conectividad a Internet, al tiempo que alienta la inversión privada o la financiación para el desarrollo en áreas donde se alojan los refugiados. El “borrador cero” se ha basado en una serie de discusiones realizadas durante la segunda mitad de 2017, y la aplicación del CRRF en diferentes países y situaciones de refugiados.

El borrador del Pacto sobre Refugiados será discutido en una serie de consultas formales con los Estados Miembros de la ONU en el Palacio de las Naciones en Ginebra entre febrero y julio de 2018. Las ONG y otras partes interesadas tendrán la condición de observador. El resultado esperado será un documento no vinculante, que refleje el consenso entre los Estados Miembros de las Naciones Unidas. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados presentará un anteproyecto del Pacto en su informe de 2018 ante la Asamblea General de la ONU a fines de 2018. (CINU)