UNA COLORADA (VALE MÁS QUE CIEN DESCOLORIDAS)

LILIA CISNEROS LUJÁN

BIOTERRORISMO

La clonación de dos macacos, me hizo recordar las pláticas e investigaciones del Dr. Manuel Servín Massieu[1], quien mucho aportó en el tema de los actos deliberados de personas, empresas o gobiernos, para causar daño a poblaciones civiles o militares mediante el uso de elementos biológicos o químicos. Aun cuando el tema ha sido denunciado desde la primera mitad del siglo XX, la realidad de ataques biológicos fue admitida por el senado norteamericano aunque lo cierto es que desde el XVIII, la gran Bretaña infectó con el virus de viruela a diversas tribus autóctonas, para avanzar en sus proyectos colonizadores.

La labor acuciosa de varios comunicadores, nos ha dado cuenta lo mismo del Napalm, en Vietnam, el rocío de esporas de ántrax por la secta apocalíptica Aum Shinrikyo[2] y solo dos años después el gas sarín en el metro de la capital nipona. Hubo armas químicas y biológicas, en las dos grandes guerras y por supuesto la del Golfo -1991- en Irak no ha sido excepción tomándose en cuenta la peligrosidad del bioterrorismo sobre todo después de los atentados del 11 de septiembre del 2001.

Diversos investigadores aseguran, la existencia de proyectos de investigación encaminados a disminuir de manera drástica la población mundial. En su momento se denunció, el trabajo de la Universidad de Cambridge, para crear en laboratorio un virus de la gripe. En declaraciones a la BBC, se explicó el uso perverso de los descubrimientos o avances de la biología. Se habló de la preocupación internacional sobre el peligro de las armas nucleares y poco sobre el tema biológico, que desarrolla aplicaciones sintéticas nuevas como amenaza.

Desde Austria, surgió en años recientes una denuncia que incluye como posibles responsables, tanto a presidentes norteamericanos, de la Unión europea, como a organismos internacionales –ONU y la OMS– de estar participando, lo mismo encubriendo que promoviendo, a empresas farmacéuticas[3] y organismos gubernamentales para la elaboración, desarrollo, fabricación y distribución de agentes biológicos clasificados como armas biológicas suficientemente letales para desencadenar una o varias pandemias que causarían muertes en masa. ¿Además de mover la emoción positiva de los amigos de los animales, cual es el verdadero fin de la clonación de dos monitos? ¿Por qué no se mencionó la muerte de hurones inoculados en la república checa con la vacuna, supuestamente contaminada con un compuesto clasificado como arma biológica que manejó el laboratorio y que debió haber sido aislado del resto de las sustancias? ¿Qué sabemos acerca de la liberación del virus como un pretexto para que la OMS declarara esto como una pandemia de nivel 6? ¿Hubo cargos por estos hechos? ¿Qué se sabe de las muertes “accidentales” de 40 investigadores de diversos laboratorios que no estaban muy acordes con las normas éticas manejadas por quienes negocian con la salud?

Es un hecho conocido, que diversos laboratorios de la CIA y del Departamento de Defensa de los Estados Unidos se afanan en la búsqueda de inoculación de enfermedades como el cáncer, así como otros tipos de virus o bacterias, capaces de infligir daño masivo sobre personas específicas, militares y ciudadanos comunes. Si bien la fuerza propagandística termina por acallar voces que denuncian las enfermedades de presidentes en Venezuela, Argentina, Cuba, ciudadanos soviéticos, homicidas de presidentes y otras tantas poblaciones, gracias al documental “In Lies We Trust: The CIA, Hollywood, and Bioterrorism” podemos encontrar detalles pronunciados por quienes admitieron que en la fabricación de una vacuna se había inoculado el cáncer, y la leucemia. [4] ¿Además de los presidentes “de izquierda”, cuantos más ciudadanos del mundo han muerto por cáncer inoculado? ¿Se considera a estos como daño colateral? ¿Le interesa conocer las ganancias que en más de 4 décadas ha obtenido la industria farmacéutica por su “Lucha contra el cáncer”? ¿A que se deben las fusiones de empresas como Baxter, Novartis y que tanto nos pueden decir de la liberación de agentes biológicos como el de la gripe, que primero fue aviar, luego porcina y hoy con diversas claves porque es mutante?

Alterar el material genético, clonarlo o distribuirlo como ocurre en las semillas genéticamente modificadas, es parte del bioterrorismo que debería preocuparnos a los ciudadanos del mundo en el siglo XXI. ¿Lo que comemos, además de hacernos obesos nos convierte en personas, violentas incapaces al diálogo o proclives a la ambición para atesorar bienes materiales y poder? Ojala pensemos en todo esto, al vislumbrar nuestro futuro y el de nuestra descendencia. Si logramos dirigentes menos violentos y más éticos, acciones como la del ciudadano mexicanos que encontró cinco mil dólares y los entregó a una autoridad dejaría de ser noticia, porque todos haríamos lo mismo.

[1] http://www.cienciaydemocracia.com · http://www.scienceanddemocracy.com.

[2] en un edificio de ocho pisos en Tokio en 1993

[3] En el expediente Bürgermeister se presentó evidencia de que Baxter AG, filial austriaca de Baxter International, envió 72 kilos de aves infectadas con virus de gripe, facilitadas por la OMS en el invierno del 2009, a 16 laboratorios de diversos condados.

[4] El Dr. Len Horowitz, investigador de la guerra biológica de la CIA grabó el testimonio del Dr. Maurice Hilleman, de los Laboratorios Merck y se difundió en el 2007 y da detalles del HTLV o sea virus humano de la célula T de leucemia.

Y en otros documentos se pueden encontrar los esfuerzos para introducir dengue y/o conjuntivitis hemorrágica, Seudo dermatosis Nodular Bovina, hemorragia viral del conejo y muchos otros que afectaron, a países “no amigos» en su producción de papa, frijol y miel de abeja, todo ello producido en el laboratorio de Camp Ferry, en New York.