López Obrador, dispuesto a fumar la pipa de la paz con Salinas y Peña Nieto

 

El Andrés Manuel López Obrador de la etapa de la «República amorosa» regresó… y recargado.

El abanderado presidencial de Morena se dijo dispuesto a «fumar la pipa de la paz» con Enrique Peña Nieto y con Carlos Salinas de Gortari, a quienes durante años ha identificado como integrantes de lo que llama «la mafia del poder», un grupo político al que responsabiliza de afectar al país en beneficio propio, según publicó el portal Expansión.mx.

«¿Estaría dispuesto a perdonar y fumar la pipa de la paz con Carlos Salinas y Enrique Peña, entre otros políticos, incluyendo a algunos empresarios?»fue cuestionado en entrevista con el diario Tabasco hoy.

«Sí, sí. No es mi fuerte la venganza. Lo que importa es sacar adelante a México, eso es lo más importante, y pensar hacia adelante. No odio, no podría vivir con odios, soy muy feliz (…) Ponerme a ver desde el primer día cómo meter a la cárcel a personajes de la mafia del poder, no. No va a ser así, no necesitamos eso», respondió.

López Obrador convocó a sus contrincantes a un «gran acuerdo» para establecer «como forma de vida y como forma de gobierno la honestidad y hacer a un lado la corrupción».

«Vamos a poder entendernos con todos, con las nuevas reglas, ¿cuáles son las nuevas reglas? Cero corrupción y cero impunidad, y en adelante no va a haber corrupción, impunidad, no va a haber persecución, no va a usarse el Poder Ejecutivo en este caso, no se dará instrucción desde la Presidencia de la República de perseguir a nadie por cuestiones de índole política, no vamos a optar por las venganzas», abundó.

Aparte de su alianza formal con el PT y el PES, el político de origen tabasqueño ha «tendido la mano» a diversos liderazgos y personalidades de PRI, PAN, PRD, Nueva Alianza y hasta del futbol, para que se unan a su campaña. La estrategia recuerda la idea de la «República amorosa» que el entonces perredista impulsó en la campaña de 2012 para contrarrestar las críticas planteadas por sus rivales políticos, en el sentido de que promueve el encono y la polarización.

El aspirante enfrentará en la elección del 1 de julio a los abanderados de la alianza encabezada por el PRI, José Antonio Meade; del Frente PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya, más los independientes que completen exitosamente el proceso para aparecer en la boleta, bajo el mantra de que la tercera es la vencida.

Aunque descartó perseguirlos, López Obrador no deja de lado las críticas para sus contendientes. Al expresidente Carlos Salinas lo definió como «padre de la desigualdad moderna».

«Él fue quien ocasionó esta tragedia nacional, porque él fue el que produjo esta monstruosa desigualdad económica y social que padecemos», enfatizó sobre quien ubica como «el jefe de jefes» de «la mafia del poder».

Al expresidente Felipe Calderón, López Obrador reprocha que «se robó la presidencia» —en 2006, cuando le ganó la elección presidencial— y que «convirtió al país en un cementerio, desatando la guerra contra el narcotráfico».

«Le pegó un garrotazo a lo tonto al avispero y eso no se resuelve así», añadió en torno al panista.

Sobre el actual presidente Enrique Peña Nieto, el líder de Morena lo vinculó con la corrupción.

«No quiero pasar a la historia manchándome de corrupción como Peña Nieto», dijo. (EXPANSIÓN)