AVATARES

ATILA 

El charro negro

Alguna vez llamada Plaza de la Independencia, y ubicada en el pleno centro de la hoy capital coahuilense, la Plaza de Armas ha sido escenario de importantes e históricos acontecimientos.

Cuenta la historia que un 27 de diciembre de 1835, el general Antonio López de Santa Anna, estuvo en el citado lugar y pasó revista a su ejército, antes de combatir contra las fuerzas texanas.

En 1864, el Ejército Francés tomó la plaza, bajo el mando del general Castagny, ante la sorpresa y miedo de los habitantes, que temían ser pasados por las armas.

Pero hay sucesos ocurridos en el paseo público que no se han documentado, como el del 2015 y la solitaria figura de aquel hombre que llegó a la Plaza de Armas antes del amanecer y con aprensión y premura recorría cada banca y escondrijo del lugar.

Los guardias de Palacio de Gobierno le miraban azorados, pero no se le acercaban ante el temor de enfrentarse a algo desconocido.

Durante varios minutos, el personaje de baja estatura y bigote poblado, hurgó en los jardines, en la Fuente de las Musas, hasta encontrar una bolsa negra, cuyo contenido lo espantó.

Tras guardar la bolsa en su auto, el enigmático charro negro regresó a la plaza y de nuevo se puso a escudriñar entre los jardines.

Venciendo su natural temor, los guardianes de Palacio se acercaron para preguntar si le podían ayudar en la búsqueda, pero los rechazó de manera enérgica.

Minutos más tarde, se le vio regresar al vehículo y guardar otra bolsa negra, con un gesto de intranquilidad.

-¿Que llevarán las bolsas?, preguntaban intrigados los subalternos al jefe de guardias de Palacio, que lacónicamente les contestó.

-Más nos vale no saberlo.

Una vez más, el varón volvió a la plaza para continuar el ritual de búsqueda, y de manera repentina se inclinó para sacar de entre una maraña de plantas, otra bolsa negra, y de inmediato tomar su celular.

-Señor, las encontré, reportó con voz triunfal.

Desde el despacho principal de Palacio, su interlocutor respiró con alivio y le pidió que se trasladará a un lugar específico, esperara la llegada de Homero, y le entregará las tres cabezas…

Nadie supo a dónde fueron a parar las tres sangrientas testas.

Del charro negro solo se sabe que se fue un tiempo a General Cepeda.

 

CORRE LA VOZ…

La empresaria monclovense Lulú Kamar dejó en claro que solo aceptará ir por la alcaldía.