El desplazamiento forzoso en la República Centroafricana alcanzó niveles sin precedentes en 2017

 

El desplazamiento forzoso en la República Centroafricana ha llegado a sus niveles más altos desde el comienzo de la crisis en el 2013, informó Agencia de la ONU para los Refugiados ACNUR este martes.

Recientes datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados revelaron que para el final de diciembre 688.700 personas habían sido desplazadas por la violencia en el noroeste del país, un 60% más que el año anterior.

El número de refugiados centroafricanos en países vecinos también aumentó en comparación con 2016 y alcanzó más de 542.000, casi 80.000 de ellos en Chad, que vive la mayor afluencia de desplazados desde 2014.

ACNUR y las autoridades están identificando aldeas de acogida lejos de la frontera de Chad para reubicar a los refugiados y proporcionando alimentos y artículos básicos como mantas y mosquiteros. También se brinda asistencia médica a los recién llegados, algunos de los cuales se ven afectados por la malaria, diarrea e infecciones respiratorias.

“El conflicto en el noroeste también ha desplazado a unos 65,000 centroafricanos a la ciudad de Paoua, que ha visto triplicar su población. Los nuevos desplazados dijeron al ACNUR que grupos armados atacaron sus aldeas, quemaron casas, saquearon alimentos y mataron a cualquiera que se cruzara en su camino”, declaró ante la prensa el portavoz de la Agencia en Ginebra, Adrian Edwards.

Reportes indican que unas 15,000 casas habrían sido quemadas y 487 personas han muerto. ACNUR y sus socios temen que la cantidad sea mayor, ya que aún no es posible acceder a lugares donde las personas se están escondiendo para salvar sus vidas.

Otros desplazados en Paoua permanecen al aire libre, en cementerios, iglesias o con familias anfitrionas, algunas de las cuales alojan de 15 a 20 personas en una sola habitación.

La Agencia está distribuyendo artículos básicos a los desplazados y trabaja con socios para construir nuevos refugios comunitarios. Si el retorno de los desplazados no es posible en los próximos meses, las aldeas afectadas perderán la temporada de siembra, lo que puede conducir a la escasez de alimentos más adelante durante el año.

La comunidad humanitaria estima que casi 2.5 millones de personas en este país se enfrentarán a inseguridad alimentaria en 2018 y se necesitan 209 millones de dólares para ayudarles, de los cuales solo se ha financiado el 12%. (CINU)