CAPITALES

FRANCISCO TREVIÑO AGUIRRE

APRENDIENDO DEL FRACASO PARA SER EXITOSO

México es un país con una impresionante capacidad de crear emprendedores de todas las edades. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido pláticas de sobremesa, “planeando” un negocio perfecto? Según datos estadísticos nuestro país genera una importante cantidad de nuevas empresas, pero lamentablemente más del 50 por ciento no llegan a los 5 años, y solo 2 de cada 10 llegan a los 10 años. ¿Qué es lo que pasa con el resto de ellas? Una inadecuada planeación, falta de capacitación, desmotivación, malas estrategias entre otros factores son los que no permiten que estás nuevas empresas lleguen a una etapa de maduración y puedan consolidarse. Independientemente de los programas que los Gobiernos Estatales y Federales puedan otorgar, los cursos de capacitación que se ofrecen y las empresas dedicadas a la consultoría, el factor que determinará el éxito o fracaso de una naciente empresa es la perseverancia. Mucha gente tiene poca o ninguna tolerancia al fracaso y a la primera de cambio en donde el panorama se torna adverso, deciden desistir y buscar un empleo que si bien no les generará los ingresos esperados, por lo menos, les permitirá subsistir. Últimamente en algunas empresas que solicitan personal para cubrir vacantes, señalan dentro de sus requerimientos que el trabajador tenga tolerancia al fracaso. Podríamos enumerar a muchísimos empresarios exitosos que en sus inicios fracasaron, y que después de varios intentos lograron el éxito. De esta manera es importante señalar que nadie ha logrado que el 100 por ciento de sus esfuerzos para conseguir un objetivo se haya concretado. Es importante aprender del fracaso para conocer qué es lo que no se debe hacer, y fortalecer aquellas acciones que han permitido lograr los objetivos planteados. Para tal fin, es necesario desarrollar un plan de negocios donde se puedan fijar las metas a corto, mediano y largo plazo definiendo objetivos y estrategias que sean alcanzables dentro de los parámetros establecidos en dicho plan. Nada es más frustrante que invertir tiempo y dinero en un proyecto que por más esfuerzos que se realizan no es posible alcanzar dichos objetivos, por lo que las metas deben de ser alcanzables y medibles, para determinar el grado de avance y continuar en el siguiente paso. Pensar fuera de la caja es un término que se utiliza para ir más allá de lo convencional. Cuando se tienen objetivos claros y estrategias definidas, pensar fuera de la caja permite visualizar retos de mayor alcance a través de un esquema poco tradicional, y con una perspectiva diferente de la situación actual. Hoy por hoy México necesita de mas emprendedores, de gente que se atreva a hacer que las cosas sucedan, pero con una imagen clara de lo que se quiere lograr. No tengas miedo al fracaso, se vale, lo que no se vale es quedarse abajo después de caerse. Aquel que no fracasa es porque definitivamente nunca intento hacer algo diferente. Existen tres tipos de personas: los que han fracasado, los que van a fracasar y los mentirosos.

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