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EDUARDO J. DE LA PEÑA

La designación de Rigo Fuentes como dirigente del PRI tiene el sello definitivo del gobernador Miguel Riquelme.

El sexenio anterior Rigo sustituyó a Riquelme en Desarrollo Social y desde ahí le operó para construir su proyecto, ahora su llegada al PRI confirma lo que comentamos la semana anterior, el gobernador encomendará a su grupo cercano la elección federal de este año.

Faltan menos de siete meses para la elección, y pronto se entrará de lleno en las campañas, es decir que el tiempo se acorta y desde luego no lo hay suficiente para que Fuentes Ávila construya su propia estructura, pero gradualmente tendrá que ir tomando control sobre la que ha venido operando Alvaro Moreira.

No hay espacio para choques ni rupturas, pero dentro del PRI tampoco puede haber confusiones y a todos les debe de quedar en claro que hay un nuevo jefe político y es al que deben de apuntalar.

Respecto a quienes en el anterior proceso traicionaron y provocaron la derrota de los candidatos del PRI en algunos municipios, cada caso se irá viendo en lo individual, pues hay algunos que están siendo respaldados por centrales como la CTM para que no se les sancione.

 

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Sexenio tras sexenio la imagen se repite, en las entregas de apoyos al sector agropecuario es tradicional tomar una foto al gobernador en turno conduciendo alguno de los tractores que se entregará a los productores.

A principios de la semana ya le tomaron la emblemática foto a Miguel Riquelme, pero hubo en esta ocasión un ingrediente adicional, pues también subieron al tractor al alcalde Manolo Jiménez y al Director Adjunto de la Financiera Rural Enrique Martínez y Morales.

Manolo por cierto inició su carrera política como suplente de Enrique, cuando este fue candidato a diputado local, y con el tiempo se le acomodaron las circunstancias mejor que a Martínez y logró la anhelada alcaldía.

Jiménez puntea para ser nuevamente candidato este año, y Enrique ha dicho que no tiene cargo público odiado, ahora no únicamente ha estado cercano al gobernador, también fue muy comentada su presencia en los eventos que la semana pasada tuvo en Saltillo su ex jefe y hoy abanderado presidencial del PRI, José Antonio Meade.

Entonces no se descarte que este año Martínez y Morales sea postulado a una diputación federal.

 

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Interesante la designación que hizo el alcalde de Saltillo de Carlos Robles Lostanau como nuevo director del Instituto Municipal del Transporte.

Robles Lostanau ha figurado en Saltillo por su actividad empresarial, pero tiene además una muy completa carrera en el servicio público.

Fue Procurador de Justicia en Sonora y alcalde de Hermosillo; más recientemente Enrique Martínez y Martínez lo llevó a la dirección general de FIRCO para cubrir a Ignacio Diego Muñoz, que se retiró por cuestiones de salud.

Robles no concluyó su gestión como alcalde, tuvo que pedir licencia y fue entonces que se vino a Saltillo, de donde es originaria su esposa.

Para el anecdotario habría que apuntar que Manlio Fabio Beltrones, en ese entonces Subsecretario de Gobernación, puso en la mira a Robles, seguramente porque le veía tamaños para disputarle la candidatura al gobierno de Sonora, y entregó su cabeza al PAN en una de las primeras cesiones que hizo Carlos Salinas para construir gobernabilidad.

Con esas cartas pudiera parecer un cargo menor el que ahora asume Carlos Robles, pero habría que dimensionar la complejidad del reto para entender por qué Manolo llamó a alguien con esas habilidades para hacerse cargo.

Ya desde que se integró el equipo de transición había tenido Robles aproximaciones al tema del transporte, y seguramente tiene un diagnóstico bastante claro y propuestas de solución.

El servicio de transporte en Saltillo es obsoleto, el esfuerzo más serio para reestructurarlo se hizo en la administración de Jericó Abramo con la implementación del Saltibus, pero el tiempo se agotó y no se lograron los ajustes finales para que el modelo trabajara al cien por ciento.

Isidro López llegó y desmanteló el proyecto, prometió otro esquema de modernización y no entregó nada, se perdieron cuatro años.

Una ciudad con esta dinámica de crecimiento, con vialidades saturadas, debe tener un transporte eficiente y ágil, que como ocurre en todas las ciudades importantes del mundo sea útil a cualquier ciudadano, no la única alternativa para quienes no tienen auto.

Hace falta reestructurar rutas, tener a la mano de todos la información de los recorridos y volver a la tarifa de trasbordo, pues hay quienes aún caminan largas distancias con tal de no pagar más que un viaje.

Los retos enormes y el tiempo es poco. Veremos si lo logra el nuevo funcionario.