Ante retos actuales hay que cambiar ideas sobre la innovación

Los cambios radicales son posibles si la innovación transformadora surge en distintos nichos a la vez, porque genera nuevas visiones que desestabilizan las actuales reglas de comportamiento, explicó Johan Schot. (Foto: Mariana Dolores). 

México necesita movilizar el poder del pueblo para generar cambios, y el CONACyT puede ser el agente movilizador, sugiere el experto en innovación Johan Schot. 

Por décadas se ha mencionado que el desarrollo de las sociedades solo se alcanzará a través de la innovación, sin embargo, la forma en la que se practica y se entiende es un poco difusa, ya que actualmente la innovación consiste en hacer eficiente lo que ya existe, no en crear nuevas cosas que transformen la realidad. Las empresas están preocupadas por reducir los riesgos de la innovación y apuestan por hacer eficiente lo que ya conocen que funciona, aun cuando el riesgo y los errores son parte intrínseca del proceso de innovación.

Así lo señaló Johan Schot, de la Unidad de Investigación en Políticas Científicas (SPRU, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Sussex en el Reino Unido, en el marco del Taller Cambio transformador y los tres marcos de política de innovación, que concluyó este miércoles en las instalaciones del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

“Ante los nuevos desafíos debemos cambiar lo que es el motor de la innovación, aceptar que la innovación no siempre es positiva y pensar en sus impactos. Algo que nos cuesta reconocer es que algunas de las grandes innovaciones actuales se han desarrollado a través de aplicaciones militares, después de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Nosotros normalmente no queremos hablar de esta aplicación, pero tenemos que darnos cuenta que es una gran influencia. Es por ello que debemos buscar la innovación en todos los sistemas que componen nuestra sociedad evitando un conflicto”, sugirió Schot durante la charla “Cambio transformativo usando la perspectiva multinivel”.

Adicionalmente, el experto señaló que innovar como lo hemos hecho hasta ahora supone una serie de cambios pequeños, a los que ha denominado “cambios alternativos”. Por ejemplo, en su momento, el convertidor catalítico para el auto solucionó el problema de contaminación y la innovación tuvo un cambio positivo inmediato; no obstante, hoy en día se necesitan nuevas formas de movilidad para reducir la contaminación. El problema entonces es la forma en la que se concibe el futuro, es decir, mientras se piense que el auto de gasolina sigue siendo el futuro de la movilidad, se continuarán generando alternativas pequeñas para solucionar un problema pero no ocurrirá un cambio radical.

“Esto es difícil porque cómo puedes decirle a los usuarios que no utilicen más el automóvil cuando todo el sistema los incita a usarlos. Hacer un cambio es muy difícil porque es necesario cambiar el sistema bajo el que vivimos, el cual ha moldeado nuestro comportamiento durante décadas a modo de olas. No obstante, el cambio inicia en un nicho y para lograrlo es necesario crear un ambiente que nos conduzca al cambio y gestionarlo después en diversos nichos estratégicos de nuestra sociedad, desde la sociedad”, puntualizó.

Este modelo transformador usa la perspectiva multinivel y permite repensar el papel de la política de innovación en relación a los desafíos sociales y busca comprender la naturaleza del cambio transformador a través de la lente de la perspectiva de varios niveles.

Desde esta perspectiva multinivel, los cambios radicales son posibles si la innovación transformadora surge en distintos nichos a la vez porque genera nuevas reglas y nuevas visiones que impactan después en el sistema, ya que desestabiliza las actuales reglas de comportamiento.

“En el caso de México, es necesario movilizar el poder del pueblo y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) puede ser el agente movilizador y forzar el cambio con ejemplos, sin embargo, CONACyT no podrá hacer todo el cambio únicamente con más dinero. Si analizamos los cambios históricos veremos que sí es posible realizar cambios radicales, pero las políticas nunca son el punto de arranque”, aclaró Schot en la ronda de preguntas y respuestas. (FORO CONSULTIVO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO, AC)