EL MESÓN DE SAN ANTONIO

ALFONSO VÁZQUEZ SOTELO

Cuando el frío delata el origen

Sentir frío es una sensación de infelicidad inagotable, todas las chacras, mantras, oraciones y plegarias son insuficientes para dejar de abominar el frío.

Existe gente que le gusta el frío, (muy su gusto) pero nada envidio ese deleite que me parece un tanto soberbio. Decir que me gusta el frío es una prepotencia que solo las comisuras de los labios pueden decir si uno miente.

Yo vengo de escenarios con clima más templado, los fríos nuestros, de toda la vida eran cosa de 14 grados; digamos 10 sobre cero en casos extremos, pero 5 grados sobre cero, ni pensarlo era la noche más fría. En cambio aquí que se dan temperaturas abajo de cero sin mucha dificultad, estoy hablando del trópico de Cáncer para abajo.

Años hace que me tocó sufrir una de las primeras nevadas en mi vida; habíamos arreglado la casa donde estaríamos viviendo en aquel invierno infausto, comenzó el frío extremo esa temporada y la casa recién enjarrada con yeso parecía desprenderse de tajo, pero no, solo era el frío que se trasminaba sin consideración alguna por techos y paredes; obvio no teníamos en casa nada preparado para aminorarlo.

La inocencia me hacía experimentar todo las comidas que recomendaban para tener un aguante mayor al frío, las seguía al pie de la letra. Nada me quitaba el frío. Después de 35 años de vivir aquí en Saltillo, considero que estos fríos extremos son más llevaderos, aunque siempre añore el clima templado.

Alguien me invitó a ver la película de Renacido, esa donde Alejandro González obtuvo el Óscar de la academia de cine.  Me resistí a verla con solo ver la publicidad de la película; después me platicaron el resumen de la misma y me di de santos, no haber asistido a la función.  Ahora he intentado verla en tv, me es imposible.  Esa sensación de frío que proyecta el film, me es inverosímil aguantarlo, esa película debió llamarse: ¡frio hasta la 39 generación! Renacido es una película cruel, infeliz, aunque haya ganado todos los premios cinematográficos.

Recuerdo entre bromas los  consejos que me inventaban para poner en marcha mi auto  compacto, hace 35 años:  ¡ponle sal a los parabrisas!! ¡Úntales papa! A cada nueva recomendación corría a la cocina, por el artefacto o artículo comestible sugerido; había también recomendaciones que alertaban con prudencia: no pongas agua, ni agua caliente ni agua con jabón. La conclusión era sencilla no pongas agua, pero otra fuerza arremetía diciendo: Primero limpia con un trapo, prende el coche, pon la calefacción, y luego le pones agua. Tenía incertidumbre en las recomendaciones, luego comprobé que eran simples ocurrencias como quien opina de futbol con una autoridad supina.

Las casas, bueno, cuando menos la mía, ahora tiene un poco más de confort, calentadores en distintas partes de la casa, mi cuarto es un bunker contra el frío. No es la felicidad total pero disminuye esa percepción.

¿Cómo desplazarse en el frío? Lo hace uno y en ocasiones con imprudencia, por ello muchos accidentes de tránsito ¿a qué sales con nieve o con hielo? Les encanta jugar con la nieve, digo no está mal la diversión pero yo prefiero guardarme las ganas.

La mayoría de las casas de interés social hechas para trabajadores son pequeñas; ninguna en ellas esta acondicionado para soportar el frío. No existen instalaciones para tomas de gas ni espacios para calentadores. En general son casas sin previsiones. ¡Cuando hace calor son calientes y cuando hace frío son frías! Además agreguen que el costo de gas o luz son prohibitivos; con ello limitan su uso.

Contrariamente a la creencia popular, los expertos en salud dicen que hay un montón de ventajas que el frío proporciona a nuestros cuerpos y mentes.

Veamos algunas de ellas: Aumenta tu energía. Es bueno para dormir. Mata a los insectos. Estimula la quema de calorías. Tu mente funciona mejor. Filtro de aire, mejor respiración. Mejillas sonrosadas. Temperatura ideal para correr. ¿Una vida más larga? Reduce la inflamación. Combate las infecciones. Inspira para una buena conversación. Te quieres más. Correrás más rápido. Nos hace apreciar los buenos días por venir.

Estoy totalmente con la número 15 de estas afirmaciones. Con la 2, 3,10 y 11 solo un poco, en el resto aunque sea opinión de especialistas me parecen insulsas.

Autor

Alfonso Vazquez Sotelo