Capacitan para comunicarse con personas con discapacidad auditiva

 De acuerdo al más reciente censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Inegi, de 5 millones 739 mil 270 personas con discapacidad que viven en México, el 12.1% son sordas, es decir 694,451 habitantes del país padecen discapacidad auditiva.

Haydée es una de los tres hijos de Porfirio Gutiérrez Aguilar y Verónica Haydée Lindsey Aguirre y tanto para ella como para sus hermanos ha sido natural desde pequeños vivir en dos mundos: uno de oyentes y uno del silencio, ya que ambos padres son sordos.

«Es emocionante e inspirador, y siempre hemos estado orgullosos de los padres que tenemos, de cómo han salido adelante, pues al menos en Saltillo no se maneja tanto el lenguaje de señas» comenta la joven estudiante de prepa.

Agrega «Cuando mis papás van a un restaurante, por ejemplo, no saben cómo tratarlos y ellos buscan formas de comunicarse que van desde escribir en un papel lo que necesitan,  aunque procuramos ir con ellos para apoyarlos, a la gente sorda les llenaría el alma poder comunicarse en su lenguaje, a su manera,  con alguien que oye».

Haydée aclara que la mayoría de las personas piensan que el lenguaje de señas es universal y no, explica que tal y como existen distintos idiomas, así sucede en este caso, de forma que México, España, Estados Unidos y cada país tiene  su propio sistema, la única constante es el abecedario, aunque algunas palabras se parecen.

Comparte que quien convive con alguien que no tiene el sentido del oído debe procurar hablarles de frente para facilitar la lectura de los labios, abrir bien la boca marcando cada palabra pero sin exagerar en la lentitud de cada expresión y sobre todo no taparse la boca ni darles la espalda mientras una conversación se desarrolla. Recomienda ser pacientes y no alterarse, y para llamar su atención no tocar el hombro pues se asustan, en lugar de ello, hacer un ligero toque en el brazo.

El Ingeniero Porfirio Gutiérrez Aguilar, padre de Haydée, es instructor certificado en la Lengua de Señas Mexicana (LSM) y además tiene conocimiento del sistema en inglés.  En conjunto la familia Gutiérrez promueve el curso «Mis ojos son mis oídos, y mis manos mi boca» mediante el cual se instruye respecto al uso de esta forma de comunicación pero además se genera interacción entre quien tiene la discapacidad auditiva y con quien convive de forma directa.

El taller se realiza en módulos mensuales de febrero a mayo en la Universidad Carolina, ubicada en Saltillo, y está abierto a la comunidad en general.

De acuerdo a la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad la Lengua de Señas Mexicana se define como una serie de signos gestuales articulados con las manos y acompañados de expresiones faciales, miradas y movimientos corporales dotados de una función lingüística.

En 2003 la LSM se declaró oficialmente como una lengua nacional junto con las lenguas indígenas y el español y es utilizada en el sistema nacional de educación para sordos. (REBECA RODRÍGUEZ/INFONOR)