REESTRUCTURACIÓN EN EL PRI

 

JUAN ANTONIO MARTÍNEZ BARRIOS

Este sábado el PRI municipal en Torreón iniciará una nueva etapa, acaso la más difícil de todas, pues está reciente la debacle electoral de 2018 que también causó estragos localmente.

En lo nacional el Revolucionario Institucional, además de la Presidencia de la República, con el candidato menos votado en su historia, perdió el Congreso de la Unión y con 45 diputados fue lanzado hasta un quinto lugar como fracción en la Cámara Baja, algo nunca antes ocurrido. Sufrió reveses en las nueve gubernaturas en juego.

En lo local se quedó sin diputados locales, sin diputados federales y sin Alcaldía. Además, de cinco municipios laguneros sólo retuvo uno, el de menor población. Sin embargo, gobierna el Estado y ciudades muy importantes como la capital, Saltillo.

Ante los enormes retos que enfrenta en lo local, el PRI decide echar mano de un político experimentado con larga trayectoria en el servicio público y dentro del mismo Partido. Incluso, Eduardo Olmos Castro ya presidió este instituto político, en el período 2000-2003.

El PRI le ve capacidad para enfrentar los complicados retos que se avecinan. Olmos Castro está consciente de que no se puede cambiar haciendo lo mismo con los mismos; que debe haber un cambio de actitud en los priistas, que se deben  desterrar ambiciones personales sobre la prioridad de la unidad partidista; que debe encabezar una apertura real no solo hacia las diversas organizaciones y expresiones, sino a la sociedad en general. Devolver la confianza ciudadana en el PRI es el gran reto de Eduardo Olmos, reto que comparte con la dirigente nacional Claudia Ruiz Massieu y con el gobernador del Estado, Miguel Ángel Riquelme Solís, al fin  emanado del tricolor.

Dirigente del PRI, diputado federal, secretario de Obras Públicas del Estado, secretario de Desarrollo Regional, alcalde, representante del Gobierno del Estado en la Ciudad de México, a Olmos se le reconoce su aptitud y habilidad para enfrentar el mayor reto de todos al frente de un partido que tiene deteriorada hasta su ideología con erráticos gobiernos neoliberales que han cedido espacios a los partidos de izquierda.