EL ÚLTIMO ESTERTOR

Este es el último relato del año. La entrega número cincuenta y dos, entre los cuales hubo temas heterogéneos, y algunos estrictamente coyunturales. El ejercicio de escribir semanalmente durante seis años me ha permitido no empolvarme y estar atenta a qué temáticas abordar. También a mantener una disciplina constante, sin importar mi estado anímico, situación laboral, donde me encuentre o si cumplo una encomienda. Me mantiene activa para trabajar sobre el ejercicio de síntesis, acotarme a pocos caracteres para abordar una idea y cerrar el relato.

2018 representa en lo personal infinidad de acontecimientos de toda índole: experiencias, aprendizajes, incursiones en áreas distintas, retos, trastocar el dolor en arte, conocer seres humanos excepcionales, triviales o con la malignidad oculta. Cada vivencia se ha ubicado en su justa dimensión, sin preguntar porqué, sino para qué y cuál es el aprendizaje de lo que estoy viviendo y cómo transmutarlo en elementos positivos.

Estreché lazos familiares y amistosos con seres que han estado en diversas etapas de mi vida, y pocos que han vivido conmigo goces y pesares. Tuve la fortuna de hacer nuevos amigos, que labran su futuro cada día, y que su ficha curricular es tan amplia como corta su edad. Por primera vez viajé por motivos profesionales al interior del estado, del país, e incluso al extranjero. Puedo presumir que en cada sede conté por lo menos con una amistad.

Aprendí que la eternidad es una falacia, que los apegos solo son para quienes se resisten a evolucionar, a reinventarse y aprender de las lágrimas. Es decir, comprendí la frase de viajar con poco equipaje. Conocí la importancia de vivir por solo veinticuatro horas, aquí y ahora, sin ayer ni mañana. En convertir el duelo en el último estertor y poder renacer en la luz.

Soy afortunada de portar esta piel, herencia de dos maravillosos seres humanos que hicieron de mi esta persona. Lejana a la perfección, con anhelos y proyectos sin cumplir, con el deseo de compartir en este espacio nuevas ideas y relatos. Bienvenido 2019.

biznagaas@hotmail.com