CADÁVER

VÍCTOR BÓRQUEZ NÚÑEZ

La nueva película del director holandés Diederik Van Rooijen, es una pieza fílmica que aprovecha al máximo los recursos del terror, entregando un relato que entretiene e inquieta por partes iguales, sin abusar de los efectos especiales. Se agradece su tono claustrofóbico y el interesante trabajo con la  iluminación que se convierte en un personaje más de esta nueva demostración del excelente estado de salud de uno de los géneros más longevos del cine.

Su trama se inicia en una localidad de Connecticut, donde la joven Hannah Grace (Kirby Johnson) es sometida a un exorcismo, pero resulta muerta después de que uno de los sacerdotes a cargo del ritual trata de eliminar a toda costa al demonio que la posee. El exorcismo se sale de control, y una mujer joven resulta muerta.

Tres meses después Megan Reed (Shay Mitchell) acepta el turno nocturno en la morgue, como una terapia producto de su adicción al alcohol y a los tranquilizantes que ha hecho de su vida un caos. En sus primeros días en el recinto hospitalario, recibe un cadáver desfigurado. Y dado que ella es la única que trabaja de noche, debe permanecer encerrada en los pasillos del sótano, comenzando una serie de experiencias extrañas, que incluyen visiones y la visualización de fantasmas que no la dejan en paz y que, incluso, quedan grabados en las cámaras de seguridad del recinto.

Reconociendo que su trama no es completamente original, se agradece al director el concepto que explota esta claustrofóbica película de terror: lograr que el depósito en que se guardan los cadáveres sea el escenario perfecto para una trama mínima,  donde el suspenso actúa a la perfección, gracias a detalles menores, un ruido, una mosca, una pelota que atraviesa un pasillo, una grabación de video, lo que evita en todo instante que el filme se desborde con efectos especiales.

Para un espectador más avezado, es el subtexto del filme lo más interesante: el director logra transformar el local de la morgue en un escenario ideal para hablar acerca del mismo terror, de cómo éste nace y se manifiesta en el cine, usando para ello un cuerpo poseído, mutante y multiforme, que se desliza por rincones y techos y que se enfrenta a la protagonista.

Por momentos al borde de lo habitual y a ratos una excepcional película de suspenso y terror puro, donde sin hacer mayores trampas, el realizador nos revela su pulso para sacar adelante una historia menor, con calidad y con una cuota de creciente nerviosismo, donde lo visual está ligado plenamente a lo narrativo.

Al igual que la protagonista que está sola, encerrada en una oscura morgue, los espectadores estamos en una sala oscura atisbando lo que se presenta delante de nuestros ojos, en un juego maravilloso de empatía y aceptación de arquetipos. Así, ‘Cadáver’ cumple con creces y tributa a los fanáticos de este género una experiencia que podríamos denominar como limpia y directa, que cumple plenamente con su objetivo: asustar, inquietar, sobresaltar.

Otro punto a favor de este filme es que no hace concesiones al espectador. Subvierte todas las expectativas porque parte como la típica película sobre posesiones diabólicas (una vez más con el ejemplo de la cada vez más notable película modelo “El Exorcista”, 1974, de William Friedkin) y enseguida se transforma en otro estilo, con otro tema central.

En ‘Cadáver’, hay mucho material más: se pretende comprender lo que significa la muerte, el por qué alguien no muere y de cómo lo físico (los diabólicos espectros y su anfitriona poseída) se unen a lo anímico (la protagonista es una ex policía que asiste a alcohólicos anónimos y que hace de su trabajo en la morgue una suerte de terapia). Por eso, la clave aparece de modo ambiguo, en una curiosa colaboración entre víctima y verdugo, porque mientras más gente muere alrededor de la protagonista y más la acose ese cuerpo no muerto, su existencia se ordena y ella empieza a superar sus antiguos traumas que la mantiene atada al terror y a una culpa.

El realizador holandés Diederik Van Rooijen, quien ha hecho la mayor parte de su carrera como director de series de televisión, dirige con evidente buen pulso esta película que, además nos demuestra cuán vigente se encuentra el género de terror que, con este estreno, viene a engrosar una extensa nómina de títulos que durante 2018 se han sumado a la cartelera local. Un buen susto sigue siendo un elemento rentable. Y esta película es un excelente pretexto para comprobarlo.

 

Autor

Víctor Bórquez Núñez
Periodista, Escritor
Doctor en Proyectos, línea de investigación en Comunicación