A LA BÁSCULA

 Alerta de género 

Durante poco más de año y medio, grupos defensores de los derechos de las mujeres en el estado de Durango mantuvieron una lucha sorda por conseguir que se declarara la alerta de género en los 39 municipios de la entidad, encabezados por la ‘Fundación para la Promoción, el Desarrollo y el Empoderamiento de las Mujeres’, apoyada por ‘Sí hay mujeres en Durango’ y ‘Nosotras, Nosotros’.

Personal de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las mujeres (Conavim) se trasladó a la entidad para realizar trabajos de campo, y sus conclusiones fueron en total 13 recomendaciones y concedieron un plazo de seis meses para trabajar en los puntos señalados. Transcurrido el plazo, regresaron para darle seguimiento al trabajo iniciado.

Encontraron que no se había avanzado un solo centímetro en las recomendaciones, y que las soluciones estaban solamente en el papel y el discurso pero no en los hechos, por lo que el siguiente paso fue emitir la alerta de violencia de género, si no en los 39 municipios como estaba solicitado –que seguro no se concedió así por lo que ello hubiera significado, que un estado completo fuera decretado en alerta de género-, sí se concedió en 16 municipios, entre ellos los de mayor población como Durango capital, Gómez Palacio, Lerdo, Santiago Papasquiaro, Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, entre otros.

El gobierno de Durango aceptó la declaratoria emitida por la Secretaría de Gobernación y se comprometió a atender de manera puntual el tema que tanto ha lastimado a la sociedad, pero frente al cual las autoridades se habían mostrado insensibles, y mostrando muy poco o nulo interés por atenderlo.

De hecho, tras la primera visita del personal dela Conavim, realizaron un trabajo –así le llamaron- ‘transversal’ en la que diferentes instancias del gobierno participaron y al final entre ellos mismos se calificaron, pero sin el acompañamiento de las organizaciones de la sociedad civil, particularmente de las que habían solicitado la alerta de género. Entre ellos, se otorgaron ‘palomitas’ y se colocaron ‘estrellitas’ en la frente.

Se espera que, tras la emisión, ahora sí se incorporen a las mesas de trabajo a las organizaciones de la sociedad civil, cuyas integrantes durante mucho tiempo han sido objeto de ataques por cometer el grave delito de pedir protección y respeto de los derechos humanos para las mujeres violentadas.

En Torreón en el último mes se han cometido cinco feminicidios, los cuatro más recientes en un par de semanas, amén del número de mujeres desaparecidas, un tema que tristemente se ha vuelto cotidiano y que las autoridades no le han puesto la atención que requiere un rubro tan delicado, y aún la misma sociedad sólo se asombra, pero permanece inmóvil ¡Nos están despareciendo y matando a nuestras mujeres, por Dios!

Para Torreón ya está solicitada también la alerta de género, pero no ha sido concedida todavía y uno se pregunta ¿cuántas muertas más tiene que haber para que se decrete la alerta? Van cinco en un mes ¿Cuál es la ‘cuota’ de mujeres asesinadas para que se encienda la alerta de género? ¿Por qué a las autoridades les cuesta tanto reconocer que son feminicidios y actuar en consecuencia? Una, una sola mujer asesinada, es demasiado como para espera un segundo para emitir la alerta de género.

Pero muchas de las respuestas de quienes se supone debieran velar por la seguridad de toda la sociedad, en especial de nuestros niños y mujeres, ofrecen respuestas inverosímiles. En Durango se dejaron escuchar expresiones como ‘viejas escandalosas’, ‘ni son tantas muertas’. Increíblemente Lerdo, uno de los municipios duranguenses en que se emitió la alerta, es encabezado por una mujer, quien se supone que debería estar congratulándose que en su municipio se vaya a poner atención a este terrible problema ¿sabe qué dijo? “Yo no sé para qué emitieron la alerta de género para la ciudad de Lerdo”. En Gómez Palacio el PRI en redes está anunciando e invitando a un baile masivo grupero para ‘festejar’ que noviembre –particularmente el día es el 25- es el de la lucha en contra de la violencia contra de la mujer.

En Torreón la sociedad ha permanecido dolorosamente paralizada. No digo que nos convirtamos en policías, pero sí podemos –tenemos que- exigir a las autoridades que cumplan con su trabajo. No, no queremos que nuestros diputados promuevan leyes que den 100 o 200 años de prisión a los feminicidas. Lo que queremos es que ya no sigan desapareciendo o asesinando a nuestras mujeres. Lo que ocurrió en Durango y lo que está pasando en Torreón, nos hablan de que las políticas, las acciones o los programas implementados por los gobiernos en materia de prevención han fracasado de manera rotunda. Los hechos así lo dicen.

 

laotraplana@gmail.com

 

@JulianParraIba

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