La incidencia de la tuberculosis se reduce, pero no a un ritmo suficiente

Foto: UNICEF/Ilvy Njiokiktjien

Con 1,6 millones de muertes en 2017, la tuberculosis sigue siendo la enfermedad infecciosa más mortífera y se encuentra entre las diez principales causas de mortalidad a nivel mundial. Aunque su incidencia se ha reducido, no lo hace a un ritmo suficiente para alcanzar las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo.

Pese a que los esfuerzos mundiales han evitado aproximadamente 54 millones de muertes por tuberculosis desde el año 2000, ésta sigue siendo la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo y los países no hacen lo suficiente para acabar con ella para el 2030, destaca un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Se necesita una movilización sin precedentes

El Informe Mundial sobre la Tuberculosis 2018 insta a los líderes políticos, que se reunirán el próximo 26 de septiembre en la primera Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre la enfermedad, a tomar medidas decisivas, basándose en las recientes ordenes adoptadas por los líderes de la India, Rusia, Rwanda y Sudáfrica. Se espera que asistan a la reunión cerca de 50 Jefes de Estado y de Gobierno.

Para alcanzar el objetivo mundial de acabar con la tuberculosis para 2030, los países deben acelerar urgentemente su respuesta, aumentando la financiación nacional e internacional para luchar contra la enfermedad.

El VIH influye, pero menos de los que se piensa

El estudio destaca que durante 2017 fallecieron por tuberculosis 1,6 millones de personas, incluidas 300.000 seropositivas. Asimismo, desde el año 2000, se ha producido una reducción del 44% de las muertes por tuberculosis entre las personas con VIH, en comparación con una disminución del 29% entre las personas que no eran portadoras del virus. A nivel mundial, se calcula que unos 10 millones de personas desarrollaron la enfermedad el año pasado. El número de nuevos casos disminuyó anualmente un 2%, pese a producirse disminuciones más aceleradas en Europa, con un 5% anual, y en África, con un 4% anual entre 2013 y 2017.

Los países que experimentaron descensos más pronunciados de nuevos casos con disminuciones de entre un 4% y un 8% fueron Lesotho, Eswatini (Swazilandia), Namibia, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe, gracias a una mejor prevención y atención de la tuberculosis y el VIH.

En Rusia, el compromiso político y un incremento de los esfuerzos para combatir la enfermedad condujeron a una rebaja anual de los casos de un 5% y un 13% el de las muertes.

Además, la OMS estima que 558.000 personas desarrollaron resistencia a la enfermedad y que una cuarta parte de la población mundial está infectada de tuberculosis.

De los 10 millones de personas que enfermaron durante 2017 solo 6,4 millones fueron registradas oficialmente por los sistemas nacionales de control, y la cobertura de tratamiento, que fue inferior al 64%, debe incrementarse hasta el 90% si se quiere cumplir con los objetivos para el año 2025.

Con el objetivo de mejorar urgentemente las tasas de detección, diagnóstico y tratamiento, la OMS, la Estrategia Alto a la Tuberculosis y el Fondo Mundial de lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria lanzaron este año una nueva iniciativa que se fijó el objetivo de proporcionar atención de calidad a 40 millones de personas con tuberculosis entre 2018 y 2022. (ONU NOTICIAS)

 

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