El papa convoca una reunión mundial de obispos por casos de abuso sexual

(Xinhua)

El Vaticano.- El papa Francisco ha convocado a Roma a los obispos del mundo para una cumbre sin precedentes centrada en la protección de menores, anunció el Vaticano, en medio de escándalos y una crisis por el abuso sexual por parte del clero y de acusaciones de encubrimiento que han golpeado tanto a su papado como a toda la Iglesia católica romana.

Según la Santa Sede, el papa pidió que los presidentes de las conferencias episcopales del mundo se reúnan entre el 21 y el 24 de febrero de 2019 después de haberlo “reflexionado ampliamente” con el Consejo de Cardenales durante reuniones de tres días, publicó el periódico The New York Times.

Sería la primera reunión global de líderes eclesiásticos para discutir la crisis de abuso sexual.

El anuncio surgió justo antes de un encuentro en el Vaticano entre el papa y algunos obispos estadounidenses, entre ellos el cardenal Daniel DiNardo, quien dirige la conferencia episcopal de Estados Unidos, y el cardenal Sean O’Malley, el principal asesor para temas de prevención de abuso sexual de Francisco. Parte de la visita se debe a revelaciones de que un obispo pudo ascender a un puesto destacado de la Iglesia en Estados Unidos pese a denuncias de que abusó de seminaristas.

Esos reportes contra Theodore McCarrick resultaron en su renuncia como cardenal en Washington, pero después surgieron más acusaciones, como una carta en la que el exnuncio Carlo Maria Viganò aseguró que Francisco había ayudado a encubrir a McCarrick.

Desde la publicación de esa misiva, en la que Viganò exigió la renuncia de Francisco, han surgido más reportes sobre si el papa emérito Benedicto XVI castigó de manera apropiada a McCarrick, pues el Vaticano habría estado al tanto de la práctica del estadounidense de acostarse con seminaristas desde el 2000.

Ni Francisco ni Benedicto han respondido a las cartas mientras parece librarse una lucha ideológica dentro de la Santa Sede.

Muchos sobrevivientes de abuso eclesiástico y sus defensores lamentan que las cartas y las luchas de poder han hecho a un lado el tema central: la protección de los menores de edad contra el posible abuso en sus iglesias.

La reunión de febrero pretende darle primacía a ese asunto.

Durante el papado de Juan Pablo II, muchos en el Vaticano hicieron caso omiso de las acusaciones que surgían. Cuando se desató el mayor escándalo en 2002, en Boston, los líderes de la Iglesia católica tuvieron que reconocer un problema que había afectado su credibilidad en todo el mundo. Benedicto en ese entonces era el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuya labor es vigilar la doctrina, y como tal tuvo acceso a muchos de los archivos sobre los abusos. Cuando fue elegido pontífice tomó acciones contra cientos de obispos.

Pero las esperanzas de una rendición de cuentas aumentaron sobre todo con la llegada de Francisco, en 2013. Ya ha ordenado la renuncia de varios obispos, pero terminó por postergar la creación de un tribunal para lidiar con el clero que fue negligente o encubrió los abusos.

El descontento se ha profundizado con las revelaciones del abuso de menores y adultos en Chile, los más de mil casos de niños abusados en Pensilvania, el caso de McCarrick y las acusaciones de Viganò.

Esta misma semana, el exsecretario personal del papa Benedicto, Georg Gänswein, hizo referencia al tema durante el aniversario de los atentados del 11 de septiembre.

“La Iglesia católica luce confundida frente a su propio 11 de septiembre, aunque la catástrofe no está vinculada a una sola fecha, sino a tantos días y tantos años, a una cantidad incontable de víctimas”, dijo. Agregó que la crisis, con las revelaciones más recientes, demuestra “cuántas almas han sido heridas de manera mortal e irrevocable por sacerdotes de la Iglesia católica”. (THE NEW YORK TIMES)