INDICADOR POLÍTICO

 CARLOS RAMÍREZ

Peña VI (1): cómo perder el poder en dos años y culpar a los demás

El itinerario sexenal de Enrique Peña Nieto se resume en pocas palabras: lograr la candidatura de un PRI aplastado por Roberto Madrazo Pintado, ganarle a la figura política de Andrés Manuel López Obrador con casi 6 puntos de ventaja, conciliar a todos los partidos en el Pacto por México, realizar reformas constitucionales con un tercio legislativo y hundirse en una cadena de errores políticos hasta perder la presidencia y casi desaparecer al PRI.

La estrategia de Peña Nieto era conservar la presidencia del PRI por otro ciclo de 24 años o cuatro sexenios con una generación propia de funcionarios educados para el poder. Se trató de repetir el camino y modelo de Carlos Salinas de Gortari en 1988, a través de la modernización económica.

El problema en política no radica en cometer errores, porque nadie es perfecto. Lo malo es cuando se cometen otros errores más dañinos: desdeñar a la oposición, carecer de sensibilidad política para detectar las crisis y suponer la existencia de una sociedad priísta sin sensibilidad y manejar al PRI con la certeza de ser el único capaz de potenciarlo.

A lo largo de casi seis años, Peña Nieto gobernó para mismo y desdeñó las señales de la realidad. De diciembre de 2012 a julio de 2015, Peña pudo mantener al PRI con 30.6% de votos y el 41% del congreso federal. En el 2015 sólo perdió tres gubernaturas de nueve.

La crisis de los normalistas de Ayotzinapa y la revelación de la Casa Blanca ocurrió a finales de 2014, pero su impacto político estalló a finales del 2015. En el 2016 el PRI perdió 7 de 12 gubernaturas en pugna y en el 2018 perdió 8 de las 9 en disputa. Y el mensaje más claro fue contundente: en el 2017 el PRI perdió las elecciones de gobernador en el Estado de México ante Morena de López Obrador, aunque pudo conservar el cargo por el voto de los aliados priístas que le dieron la pequeña ventaja de 2.8 puntos porcentuales.

El problema no radicó en el juego electoral donde se pierde y se gana, sino que el error estratégico de Peña fue no haber entendido los mensajes de los electores cada vez más libres y un PRI sin presencia electoral. La crisis del 2016 con la pérdida de siete gubernaturas tuvo una clave política: el presidente del PRI era Manlio Fabio Beltrones, un experimentado político. Peña Nieto supuso que esas derrotas respondían a la declinación total de los políticos tradicionales; por eso designó presidente del PRI a Enrique Ochoa Reza, un funcionario sin militancia, ajeno al PRI y carente de cuadros.

La entronización de Ochoa en el PRI significó la toma de la estructura de poder político priísta por los cuadros peñistas del Estado de México: Luis Videgaray Caso, Aurelio Nuño Mayer, Ochoa y José Antonio Meade Kuribreña. El otro mensaje del 2016 tampoco fue escuchado: el voto social contra la corrupción de gobernadores de la generación Peña. Y el tercero fue el más obvio: el desplazamiento de los políticos en las candidaturas a gobernadores provocó que aspirantes frustrados se pasaran a la oposición… y ganaran.

Así que no fueron sólo los casos de Ayotzinapa y la Casa Blanca los que derrotaron al PRI en el 2018, sino la severa crisis en el liderazgo presidencial en el PRI, el fracaso de los políticos peñistas y el desdén hacia el avance de Morena en 2015-2017.

 

Política para dummies: La política es el único camino para mantener el poder.

 

Sólo para sus ojos:

El intercambio de elogios entre el equipo negociador de Peña Nieto con el de López Obrador desencantó a los morenistas porque al final el tratado comercial será una despedida positiva para el presidente saliente. Y en el fondo, habla, de nueva cuenta, del pacto político PeñaLópez, no muy del agrado de los morenistas.

Las marchas callejeras son el camino posterior al fracaso de la política. El gobernador oaxaqueño Alejandro Murat encabezó la propia por el asunto del nombre de mezcal, pero dejando la mala señal de que las marchas son viables, cuando Oaxaca padece de las marchas de los maestros.

Famosas últimas palabras: “Lo que el Papa quiso decir…”: versión de la oficina de prensa del Vaticano para corregir una declaración errática del papa Francisco sobre el homosexualismo que hunde a la iglesia, sobre todo porque el prelado se niega a castigar a los abusadores sexuales.

 

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