AVISO DE CURVA

RUBÉN OLVERA MARINES 

La traición a Guillermo Anaya

Durante las pasadas elecciones, el panista Guillermo Anaya recibió un duro golpe de sus propios compañeros y aliados. Ciertos hechos y algunos datos que arrojó el conteo de los votos, nos invitan a pensar que detrás de la derrota del lagunero, se disimulan algunas maniobras intestinas que en algunos círculos se podrían interpretar como traición.

La caída hasta el tercer lugar en las votaciones para el Senado de Guillermo Anaya y Esther Quintana, teniendo todo a favor, sólo se explica por factores internos. Entre ellos, como ya lo dijimos en otra ocasión, el evidente desanimo con el que ambos emprendieron una supuesta campaña que nunca cuajó.

Por otra parte, para entender en toda su magnitud el desatino de las fórmulas panistas para el Senado, debemos indagar en el desenfreno de la «onda grupera” del PAN, la cual lleva años provocando destrozos en las candidaturas más frágiles de ese partido.

Si es verdad la presunción de traición, entonces la operación resultó tan exacta que, por ejemplo, en el distrito 1 con sede en Piedras Negras en donde ganó la coalición tacita encabezada por el PAN y la UDC (recordemos que la UDC no es un partido nacional) con Lenin Pérez al frente, obteniendo más de 74 mil sufragios; Guillermo Anaya, en el mismo distrito como aspirante al Senado, apenas rebasó los 60 mil votos. En cambio, Morena, con Armando Guadiana obtuvo 63 mil sufragios en la elección para senador, suficientes para ganar en ese distrito; mientras que la candidata de Morena a la diputación federal por el citado distrito, Claudia Andrade, apenas rebasó los 46 mil votos.

¿Qué sucedió? ¿Los panistas y udecistas votaron por Lenin Pérez para diputado, por Roberto de los Santos para alcalde de Acuña y por Julio Long en San Juan de Sabinas, pero no lo hicieron por Anaya para el Senado? ¿Si el PRI y sus aliados mantuvieron en ese distrito votaciones similares tanto para el Senado y para diputado, entonces de dónde salieron los votos para Armando Guadiana? ¿Acaso hubo electores que votaron por el PAN para diputado y por Morena para el Senado? ¿No era Julio Long, hechura de Guillermo Anaya? ¿Acaso Guillermo Anaya no fue quien operó al interior del PAN para que el partido cediera la candidatura a Lenin Pérez?

Otro ejemplo. En la elección de alcaldes de los 11 municipios que conforman el distrito 3 con cabecera en Monclova, el PAN, MC, UDC y PRD alcanzaron los 78 mil sufragios. En ese mismo distrito, Guillermo Anaya apenas obtuvo 58 mil. En cambio, los candidatos a alcaldes de Morena, Encuentro Social y PT en esos mismos 11 municipios obtuvieron 25 mil votos; las fórmulas de Morena para el Senado encabezadas por Armando Guadiana y Eva Galaz, ¡rebasaron los 76 mil sufragios! ¿Voto cruzado? «Cruzadísimo”, tan cruzado que ha disparado la especulación y la sospecha. ¿Dónde quedó el apoyo del alcalde de Monclova, Alfredo Paredes? ¿No fue Guillermo Anaya quien ayudó a Paredes quitándole a Gerardo García de su camino para repetir en la alcaldía?

En el PAN se cuentan historias. Historias de traición. Recientemente su líder nacional, Damián Zepeda, aseguró que «hubo militantes dentro del partido que los traicionaron el 1 de julio”. Algunos, dijo el panista, que apoyaron abiertamente al PRI y otros que fueron omisos en apoyar a Ricardo Anaya y los candidatos del PAN. ¿Sucedió algo similar en Coahuila?

En política no hay coincidencias ni casualidades. Algunos de los supuestos operadores y aliados de Guillermo Anaya, incluyendo a algunas figuras destacadas, como pueden ser alcaldes de su partido y de la UDC, los cuales el panista lagunero catapultó e incluso, se rumora, apoyó en sus respectivas campañas, decidieron que el otrora mandamás del PAN no tendría un lugar en el Senado.

Como en todo drama con indicios de conspiración, tenemos una intencionalidad y un propósito que explican el enredo: desplazar a Guillermo Anaya del control que durante años ha mantenido al interior del PAN en Coahuila. Se esperaría, por lo tanto, una realineación de fuerzas, en donde las figuras desplazadas por Anaya, comiencen a destacar. El panismo de Monclova y Saltillo pretenden tomar el control; Lenin Pérez desea influir más en Acción Nacional a cambio de mantener la alianza con la UDC; Luis Fernando Salazar, construirá su candidatura para la gubernatura; otros, simplemente, le pagaron a Anaya con la misma moneda que él utilizó para quitar, poner y mover durante años el partido a su entender y antojo.

 

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