LA DEMOCRACIA LA CUIDAMOS TODOS

IVÁN NÁJERA

El proceso electoral de este año inició en octubre de 2017, se trata de la elección de mayor complejidad debido a distintas razones, la primera y más sorprendente, es una elección inédita por el sistema de alianzas que los partidos construyeron al unirse diversas posiciones ideológicas y políticas para buscar la Presidencia de la República y otros cargos con mayor o menor intensidad.

La segunda razón, el número de cargos en disputa; Presidente de la República, 128 senadores, 500 diputados federales,  ocho gobernadores y 1 Jefe de Gobierno, 972 diputados locales y 1 mil 596 presidentes Municipales, en suma habrán de elegirse más de 3 mil 403 cargos.

La última, se trata de la elección federal presidencial más regulada de la historia, cada fase supone alcances y límites para los participantes y existen mecanismos aprobados por el Legislador para establecer sanciones rápidas y eficaces por parte de la autoridad administrativa (INE) y de la autoridad judicial (TEPJF) en materia electoral.

México al tener uno de los sistemas electorales más complejos del mundo, que supone una alta inversión pública, miles de funcionarios para desarrollar la función electoral, y cientos de miles de ciudadanos que participarán el primero de julio de 2018 en la Jornada Electoral como funcionarios de casilla además de representantes de los partidos políticos, sin embargo, hace años se previeron normas y una institución para prevenir,  investigar y perseguir conductas que pueden afectar negativamente el proceso electoral o el libre ejercicio del voto, a las que se denomina: delitos electorales.

Los encargados  de legislas las leyes, establecieron que ciertas conductas como dañar la papelería electoral o condicionar un programa social,  habrían de perseguirse mediante el derecho penal. En su origen, lo electoral fue materia administrativa; sin embargo la evidencia mostró que existían personas que desarrollaban conductas contra el libre desarrollo de las elecciones, y contra las garantías del voto.

Genéricamente existen 14 delitos electorales, algunos ejemplos son: dar datos falsos para obtener una credencial de elector; quemar o dañar urnas, papelería o cualquier material electoral; solicitar votos a cambio de dinero u otro bien; alterar resultados electorales; votar más de una vez en la misma elección; que el día de la elección o tres días antes un funcionario partidista presione a los electores para votar o dejar de votar por un candidato; son algunos de los más comunes, por ello si conoce de alguna de estas conductas denúncielas a la FEPADE.