Siria se está desangrando por dentro y por fuera

 

En un encuentro sobre la aplicación de la resolución 2401, que aprobó un alto el fuego humanitario en ese país el pasado 24 de febrero, António  Guterres reconoció que no solamente no se ha producido el cese de hostilidades, sino que la violencia continuó tanto en Guta Oriental, como en Afrin, partes de Idlib y en Damasco y sus suburbios.

En concreto, tras la aprobación de la resolución, se han intensificado los ataques aéreos, los bombardeos y las ofensivas terrestres en Guta Oriental, donde se calcula que podrían haber fallecido más de mil personas.

La entrega de ayuda humanitaria a través de camiones fue limitada y la prestación de la asistencia humanitaria no fue segura, ni sin trabas ni impedimentos, tal y como específica el texto del documento, destacó Guterres.

Además, no se consiguió levantar los asedios de zonas pobladas ni la evacuación de personas gravemente enfermas o heridas.

Acto seguido, el titular de la ONU detalló los diversos contactos diplomáticos que mantuvieron, tanto él como su enviado especial entre el 26 de febrero y el 11 de marzo, con las partes enfrentadas en el conflicto. Durante ese periodo intentaron ofrecer apoyo y orientación para garantizar la aplicación de la resolución, manifestó Guterres.

Con relación a la distribución de ayuda humanitaria encomió la labor de los trabajadores encargados de prestar asistencia y protección a las personas necesitadas y destacó las amplias dificultades a las que se tuvieron que enfrentar.

Calificó de “preocupantes” las nuevas acusaciones de uso de gas cloro ya que “aunque no podemos verificarlas, no podemos ignorarlas”, e instó al Consejo de Seguridad a tratar de encontrar una posición unitaria en esta cuestión.

El Secretario General destacó que, pese a las dificultades, la falta de confianza y las sospechas debería ser posible aplicar la resolución 2401. “No podemos rendirnos por el bien del pueblo sirio”, indicó.

Guterres confía en que la reunión ministerial que se celebrará esta semana en Astana, la capital de Kazajstán, sirva para establecer acuerdos para desescalar el conflicto y adoptar medidas concretas en relación con los detenidos, los secuestrados y las personas desaparecidas.

“Este jueves se entrará en el octavo año del conflicto. Me niego a perder la esperanza de ver a Siria salir de las cenizas”, finalizó.

UNICEF actualiza cifra de menores fallecidos durante 2017

El Fondo de la ONU para la Infancia indicó este lunes que, durante 2017, murieron un 50 % más de niños que en 2016. Más de 360 menores resultaron heridos y muchos de ellos quedaron con discapacidades. UNICEF no ha podido verificar el número de fallecidos, pero cree que es mucho más alto.

Y la situación no mejora: solo en los dos primeros meses de 2018, mil niños han muerto o resultado heridos.

Los menores son una cuarta parte de todos los fallecidos en la guerra, que según algunas fuentes superan los 400.000. Son víctimas de bombardeos y ataques indiscriminados en áreas densamente pobladas. (CINU)