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EDUARDO J. DE LA PEÑA

 

Tras la natural etapa de ajuste en todo arranque de un gobierno, la administración estatal entra ya a una etapa de estabilidad operativa, que se advierte sobre todo en las agendas de los titulares de las dependencias y gradualmente debe ir permeando a niveles directivos y de empleados que no esperan, al menos en el corto plazo, más cambios en la estructura.

Hay funcionarios que hasta ahora encontraron el tiempo para conocer físicamente las dependencias que están bajo su adscripción; tal es el caso del Secretario de Gobierno José María Fraustro Siller, que esta semana visitó algunas de las direcciones que están en el organigrama de la secretaría.

Fraustro estuvo por lo que comúnmente se conoce como «las bodegas de la gente», que es donde se ubican varias dependencias del gobierno estatal en los límites de Arteaga y Saltillo, por el libramiento «Oscar Flores Tapia». Visitó incluso oficinas que dependen de otras áreas, como de la Secretaría de Finanzas.

«Parece que no le gustó lo que vio», comentaron algunos de los que vieron al Secretario en su recorrido, pero es que el gesto siempre adusto de Fraustro puede confundir, quizá no necesariamente no le gustó sino que de tan serio llegó a parecer molesto.

De cualquier forma es bueno que se haya tomado el tiempo para conocer las condiciones en que labora el personal de varias dependencias y ojalá eso ayude precisamente a mejorar dichas condiciones y a elevar la calidad en el trato a los ciudadanos.

 

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Lo que sigue para la administración estatal es entrar a una etapa de estabilidad financiera, pues en el tema de los recursos siguen batallando.

En ese contexto al que pareciera se le vino el mundo encima es a Xavier Herrera Arroyo, sub secretario de Egresos, que tal vez no tenía idea del paquetote que le encomendaron.

Herrera viene de haberse desempeñado como gerente general del SIMAS en Torreón, que desde luego tiene su complejidad, pero no es lo mismo administrar un sistema que ha trabajado en números negros a hacer frente a los pagos a proveedores y contratistas, así como llevar el control del personal del gobierno y la contratación de los servicios generales, y hacer todo eso sin un flujo constante de efectivo.

Dicen que Xavier Herrera está encerrado, que no atiende a nadie y no escucha ni a los funcionarios más influyentes de la administración.

Pero así son los arranques de año y de gobierno…

Y el panorama, conforme transcurran los días, debe mejorar, más cuando se pacte la reestructuración de la deuda, tema que podría estarse revisando la semana próxima.

Claro, incapaces de proponer algo o de encontrar nuevos temas de posicionamiento, los panistas siguen llevando a la tribuna del Congreso sus cuestionamientos sobre la deuda, lo que para el grueso de los coahuilenses ya dejó de ser relevante.

Es hasta irresponsable que los panistas obstaculicen las negociaciones con los bancos, cuando siempre será mejor que el gobierno les deba a ellos, pues ese es su negocio, que al sector empresarial.

 

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En lo político, el que está desgastando los activos que aún conserva es Fausto Destenave Kuri y lejos de aprovechar que hay una mano tendida y la disposición para abrir algún espacio de participación a todos los actores que quieran sumarse, se ha encerrado en una actitud de enojo y encono que se le percibe también en otras actividades personales.

A Fausto incluso en donde antes tuvo un coto de poder, el Deportivo San Isidro, lo sacaron el domingo de una asamblea en la que siguió la ruta de una pugna estéril y sin sentido.

Siempre ha sido hábil para jugar sus cartas Destenave Kuri, y cuidadoso de cómo lleva sus relaciones, pero ahora se le siente en otra actitud que no le generará nada bueno, buscando problemas donde no los hay.

 

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Gabriel Berumen Castillo, el emblemático fotógrafo que murió el fin de semana, cumplió con una larga trayectoria en el fotoperiodismo saltillense y, aún  más, con  una vida entregada de lleno al trabajo.

Berumen fue parte de «los Dóberman» ese grupo de fotógrafos de los setenta y ochenta que así fueron conocidos por su celo profesional, y entre los que figuraban también Héctor García Bravo, Efrén Lara y Adolfo González.

No había en esa época muchos fotógrafos más de prensa, luego los reporteros se empezaron a armar con cámaras y ahora todo mundo toma fotos y hasta videos en cualquier momento, cada ciudadano con un celular y acceso a las redes sociales se convierte en narrador y testigo de la vida diaria.

A Gabriel Berumen captar el preciso instante en que una mujer manifestante era atropellada frente a las oficinas de la CFE le valió un premio estatal cuando aún existía el Colegio de Profesionistas de la Comunicación y convocaba anualmente a ese certamen.

Su cámara captó un gran lapso de la historia de Saltillo, y las anécdotas que vivió son interminables.

En paz descanse.